Una guitarra y una voz
son suficientes para alegrar el corazón de los más necesitados en los
'Conciertos inclusivos', una iniciativa que nació de la curiosidad de Federico. Vio
una cola de más de 200 personas esperando a la puerta de un local que resultó ser
un comedor social: "Vi que había mucha tristeza y mucho silencio".
Entonces se le ocurrió llevar música a esos
comedores y contactó con la SGAE para buscar financiación. "Hay
que aprovechar el hecho de que la cultura llegue a toda esta gente y llegue a
un público donde no hay posibilidades", explica Federico Vaona, presidente
del Consejo Territorial de la SGAE en Madrid.
Para este año hay 20 conciertos proyectados en
Madrid y a los artistas les viene muy bien porque trabajan en un época bastante
difícil para la música y además le alegran la vida a los que les hace más falta. "Nuestra
misión es que cuando la música suene, disfruten de esa comida y olviden por
unos instantes cualquiera de sus terribles realidades", señala Juanjo
Valmorisco, músico.
Los más necesitados les pagan con mucho cariño
y no hay que olvidar a los voluntarios, porque la música también es para ellos.
Pero cuando la música
deja de sonar, vuelve el golpe de realidad, lo ideal sería un futuro sin
comedores sociales, pero hasta que ese día llegue, la música intentará hacerles
la vida un poquito más amable.