En todo este tiempo los padres de Gabriel no se han cansado de luchar. "Desapareció ayer, no sabemos dónde, no están buscando. Llevaba un pantalón de chándal negro, con las lineas blancas y una chaqueta roja con una camiseta debajo", declararon los padres el 1 de marzo.

No importaba la emoción. Había que describir a su hijo lo más fielmente posible. Todo para encontrarlo: "Es que es un niño precioso si ustedes lo vieran. Quien ve al niño con esa cara, y con esa manera y esa sonrisa no pueden hacerle nada malo. Es un niño tan bonito".

Las primeras horas fueron duras pero siempre han permanecido juntos. Con la detención de un hombre acusado de acosar a su madre los padres volvieron a hablar con los medios. "Queremos aclarar que el hombre acusado de acoso no tiene nada que ver con la desaparición de Gabriel", explico Ángel.

La aparición de la camiseta alimentó las esperanzas de unos padres desesperados: "Esto nos ha dado mucha fuerza porque nos aporta la esperanza de que Gabriel como siempre hemos pensado aún lo tienen vivo".

Pero los días pasaban y a pesar del apoyo las fuerzas se resentían. "Estamos cansados. A veces ya dudamos del día en el que estamos", señaló la madre.

Por eso el ánimo del pueblo ha sido clave para ellos. Necesitaban que la gente les ayude a encontrar a su pescaíto: "Son ya diez días desde que desapareció Gabriel, precisamente el día de su santo, os pedimos que el ánimo y el esfuerzo se multiplique todavía más".

Pero habían pasado diez días e intuían que encontrarlo con vida era difícil: "A nuestro hijo Gabriel le encantaba la música, le encanta la música y tiene una gran capacidad. Ahora el apoyo de su gente es más importante que nunca.