Colectivos LGTBI piden ya una Ley Estatal que proteja sus derechos y evite más situaciones de discriminación. Un ejemplo es lo que le ocurrió a Grego y Cruz, una pareja que tuvo que casarse obligatoriamente para que su hija no solo tuviera los apellidos de la madre gestante: "Nos casamos porque no nos quedó más remedio para que yo pudiese ser legalmente la madre de mi hija".

Pero como la niña nació antes de que firmaran ese trámite, Cruz tuvo que pasar además por un proceso de adopción, algo que le generó "un sentimiento de impotencia, como de ciudadana de segundo plano".

Una situación que dejaría de existir si se aprobara el proyecto de ley que ya ha llegado al Congreso. Y no es la única, porque transexuales como Allan no tendrían que pasar por un diagnóstico psiquiátrico para comenzar un tratamiento hormonal. "No somos enfermos mentales, no hay nada que diagnosticar", explica a laSexta.

Los expertos denuncian que existe una amplia desigualdad en España para atender a los transexuales, ya que en seis comunidades, el diagnóstico ya no se requiere.

Denuncian que las preguntas a las que se someten no son adecuadas. "Me preguntan si me gustaría ser militar o me gustaría ser florista. ¿Qué pasa? Que por ser militar soy más hombre que por ser florista?", se pregunta Allan.

A pesar de España es el país del mundo donde hay mayor aceptación de la homosexualidad, colectivos LGTBI creen que las restricciones siguen siendo muy rígidas para solicitantes de asilo perseguidas por su condición sexual.