Pablo Iglesias no ignora que ausentarse en el minuto de silencio por la muerte de Barberá ha puesto sobre él el foco de todas las críticas. "Cuando se mueren obreros no se hacen minutos de silencio en las instituciones. Ojalá se hicieran", ha dicho.

Aunque es consciente de que esos actos le dejan solo frente a las demás fuerzas, "que te den hostias en los medios y que hasta los viejos izquierdistas de siempre digan que nos hemos pasado es un riesgo", añade.

Iglesias defiende ser políticamente incorrecto para diferenciarse del resto, a ellos les toca trabajar con la clase obrera: "Sí apostamos por una noción de transversalidad que construya en lo popular".

Porque a las clases medias ya los representan otros, afirma: "Aunque empezamos a vestir como clases medias nos ganan los viejos partidos y Ciudadanos".

Aunque para su número dos, Íñigo Errejón, centrarse en una clase social no es lo más adecuado: "La mayoría que puede cambiar nuestro país es una mayoría de un 99%, esa es la mayoría amplia con la que se pueden hacer transformaciones para lograr un país más justo".

Asegura que lo hizo Iglesias fue una reflexión sobre las identidades políticas en un ámbito cultural.