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LA BODEGA DE VINO TINTO MÁS SEPTENTRIONAL DE ESPAÑA

Otazu, el maridaje perfecto entre vino, arte e historia

Existe un lugar en el que vino, naturaleza, historia, arquitectura y arte contemporáneo se dan la mano. Se trata de Otazu, la bodega más septentrional de España en elaboración de vino tinto y uno de los vinos de pago oficiales (para los no expertos, esta es la máxima categoría para un viñedo y su vino).

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Situada en un paisaje de ensueño y construida en 1840 a modo de un château francés, la bodega, situada a tan sólo 8 kilómetros de Pamplona, está enmarcada entre la Sierra del Perdón y la Sierra de Echauri, con el río Arga como delimitador natural. La naturaleza se funde con la historia de este paraje, en el que destaca su núcleo histórico, el Señorío de Otazu, compuesto por un imponente Palacio renacentista del siglo XVI –que alberga un pequeño hotel con 15 habitaciones solo para uso privado o experiencias VIP– , una torre de defensa palomar del siglo XIV y una iglesia románica del XII.

Desde que la familia Penso adquirió la bodega hace 27 años, la filosofía de Otazu es la de elaborar vinos de calidad que transmitan su origen y la riqueza enológica de su terroir. Por ello, las 350.000 botellas anuales que produce Otazu proceden exclusivamente de las uvas procedentes de las 110 hectáreas de viñedo propio que rodean la bodega: tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y chardonnay. Y como recuerdo del pasado de estos terrenos, la familia ha creado un museo del vino, que alberga el recuerdo no sólo de los primeros cultivos de remolacha o girasol, hasta la actual producción de uva (que supone el corazón de la bodega) y, como no, del vino de Otazu. Además, quien se acerque a Otazu, podrá ver numerosos instrumentos bien restaurados, muchos de ellos únicos, material gráfico sobre la historia y vida del Señorío, testimonios históricos del vino como elemento cultural.

Y no sólo eso. El pasado de la bodega marida con el presente y con la excepcional colección de arte contemporáneo que la familia ha ido atesorando, con obras de artistas como Manolo Valdés o Xavier Mascaró (obras como Ariadna, del primero, y Guardián I, de Mascaró, pueden verse en las etiquetas de sus botellas), así como Anish Kapoor, Ai Wei Wei, Jim Dine, Rafael Barrios, Jaume Plensa, Secundino Hernández, Olafur Eliasson, Carlos Garaicoa o Juan Uzlé.

Bajo la Denominación de Origen Navarra, Otazu cuenta con vinos en tres gamas: una de entrada –Otazu, con precios de entre 8 y 10 euros–, los vinos de Pago de Otazu –unos 20 euros– y la gama más alta, Altar –alrededor de 30 euros– y Vitral –120 eu- ros– que descansan antes de embotellarse en una espectacular sala de barricas denominada “la Catedral”. Sus nueve bóvedas, sus vidrieras, la música que escuchan las barricas –se dice que la música ayuda en su proceso de envejecimiento– y un altar presidido por una Menina de Manolo Valdés convierten este espacio subterráneo en un verdadero templo consagrado al vino.

Uno de los últimos lanzamientos de la bodega es "Pago de Otazu Chardonnay 2013, el primer vino blanco de gama alta de la bodega, un proyecto que pretende situar a la compañía de Etxauri en uno de los referentes mundiales en el desarrollo de la Chardonnay y proyecta lanzar el primer 'espumante' de la compañía", una edición de apenas 1.500 botellas.

O sea que si buscas disfrutar del placer del vino y del arte juntos, simplemente reserva y acércate a la bodega para disfrutar de toda una experiencia para los sentidos.

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