HISTORIA VIVA EN SUS CALLES
Una escapada a Malta tras los pasos de los caballeros medievales
La cuadrícula perfecta que forma La Valeta desde su fundación es el tablero sobre el que edificaron una ciudad por y para la caballería. Seguir los pasos de la Orden de San Juan, en sus diferentes nacionalidades, nos acerca allí mejor que en ningún otro lugar, a un periodo de nuestra historia fascinante.
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Basta un paseo por La Valeta para palpar la presencia de las diferentes órdenes de caballería que dieron vida a la capital de Malta. Cada nación levantó allí su propia sede, en forma de albergue, tanto para los miembros de la orden que no podían costearse sus propias casas como para actuar de sede de las mismas. Edificios magníficos que hoy, además de joyas del barroco, tienen una nueva vida como el Albergue de Castilla, sede del Gobierno, y que reunía también a los caballeros de León.
Aunque la isla alberga vestigios de más de 7.000 años de historia, con ruinas anteriores al periodo clásico que superan en complejidad a Stonehenge, en Reino Unido, es el periodo caballeresco el que conforma y vertebra aun la vida tanto en La Valeta como, al otro lado de la bahía del puerto clásico, en el trío de ciudades mágicas que forman Birgu, Bormla y Senglea. Unas vacaciones en Malta no se pueden considerar completas si no hemos dedicado al menos un día a recorrer la historia de las diferentes Órdenes cristianas.
Sin duda, el mejor modo de acercarse a ellas es comenzando por la capital. Concretamente, por la puerta de Castilla, donde se encuentra el albergue castellano. Allí también está la plaza Jean de Vallette, que fue el caballero francés que fundó y dio nombre a La Valeta. Es fácil moverse por el centro histórico, en tanto que este tiene forma de parrilla, una distribución cuadricular que permitía la defensa de la ciudad de los ataques otomanos Sin embargo, son dos calles las que hay que tener siempre como punto de orientación: Mercaderes y República, paralelas y peatonales, que concentran la vida de la ciudad.
Es impresionante el número de iglesias que hay en el país, un número que aun hoy sigue creciendo exponencialmente. No hay calle en el centro de La Valeta que no tenga al menos tres templos. Sin embargo, es la Co-Catedral de San Juan la que marca la diferencia. Allí se reunían todas las órdenes, de ahí que cada una tenga su propio espacio en torno a la nave principal.
Es impresionante observar el preciosismo de las paredes, las bóvedas con frescos, los altares laterales con la vida de San Juan... Fue un santuario para los Caballeros, además de templo, ya que muchos miembros de familias nobles europeas de los siglos XVI al XVIII están enterrados aquí. Sus complicadas lápidas, con incrustaciones de mármol, constituyen un magnífico enlosado artesanal. Pero, además, es el rincón en el que maravillarse ante La decapitación de San Juan Bautista, la obra maestra de Caravaggio, que vivió y trabajó en Malta durante un corto periodo de su vida, huyendo de la justicia.
Los pasos nos llevan a la Biblioteca Nacional. Situada en la plaza de la República, es un imponente edificio del siglo XVIII levantado por el gran maestre Emmanuel de Rohan-Polduc. Allí se encuentran los archivos de la Orden de San Juan, así como de las dos universidades más importantes de Malta. No todos saben que, si se pasea por su pórtico techado, realmente nos encontramos bajo el archivo en sí.
En la misma plaza, una estatua de la reina Victoria parece observar plácidamente a los que han decidido hacer un descanso en su paseo, aprovechando las terrazas de los diferentes cafés que la jalonan. Uno de ellos, el Cordina, es el más longevo de Malta, abierto desde 1837 en los bajos de uno de los palacios y con un servicio y menú de auténtico lujo.
Es el turno de entrar en el Palacio del Gran Maestre, en la que es la plaza más majestuosa de la ciudad. Allí, además de una impresionante armería con todo un arsenal de caballeros de todas las nacionalidades, además de armas turcas, podemos ver la actual sede de la Presidencia de la República. Fundado por la Orden de San Juan tras el gran asedio a la isla de 1565, todo allí es de una gran belleza, desde los suelos formando grecas y mosaicos a las paredes, cubiertas por obras de arte.
Una de las razones de ser la Orden de Malta fue la de atender a los enfermos y caídos en las luchas de las cruzadas, de ahí que el Hospital de los Caballeros no sea un edificio más. Situado cerca de los fuertes del puerto, es impresionante ver sus galerías que parecen no tener fin, en tres plantas hacia abajo donde se encontraban las camas de los dolientes, todos tratados por igual. De los siglos XVI-XVII, era el mejor equipado de la época e incluso grandes nobles viajaron a Malta en busca de cirugías y remedios que aun se desconocían y no se practicaban en el continente.
Hoy sigue vivo como palacio de conferencias y eventos, teatro principal del país y museo. Impacta ver las catacumbas del edificio, imaginar cómo era allí la vida con los enfermos, el impacto de la peste bubónica o el día a día en una invasión.
A la salida, qué mejor que visitar los fuertes, como el de San Telmo, e ir aprovechando los diferentes miradores de esa zona de la ciudad. Las llamadas Barracas de Arriba y Barracas de Abajo son los más interesantes, al gozar de unas grandes vistas del puerto y de las tres ciudades originarias de los caballeros.
Ellas marcan la continuación de una ruta en busca de una historia, la de la caballería, que en Malta está más presente que nunca.
Más información:
Malta es uno de los destinos que opera desde este verano Iberia Express, lo que ha repercutido en un aumento significativo de las conexiones entre la isla y España. La compañía la enlaza con Madrid los martes, jueves y sábados, por lo que una escapada de 48 horas es más que posible.
Turismo de Malta
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