Todo listo para la reencarnación del Concorde

Hace ya más de una década que la firma Aerion comenzó a apostar por el desarrollo de aviones supersónicos, una empresa para la que se asoció con Airbus. Ambas firman el que se espera que sea la nueva generación de aviones ultra rápidos, lo que muchos ya han bautizado como ‘el nuevo Concorde’.

Se trata del Aerion AS2 Mach 1.5, un prototipo que está previsto que comience a surcar los cielos a partir del año 2021. Sin embargo, a diferencia del mítico Concorde, no está previsto que ninguna compañía, como hicieran Air France y British Airways, realicen vuelos comerciales en esta nueva aeronave, sino que se venda exclusivamente como jet privado. El problema será encontrar los millonarios o empresas importantes que estén dispuestas a desembolsar los más de 120 millones de euros que costará cada unidad.

Detrás de Aerion se encuentra el multimillonario tejano Robert Bass, quien se muestra optimista ante el hecho de que apenas quedan cinco años para cumplir la fecha de lanzamiento. "Es una hoja de ruta realista", declararon, además, desde Airbus. Y si hay prisas, se las han puesto ellos mismos, ya que no hay muchas más aventuras empresariales en estos momentos, no al menos con ese calado, que quieran apostar por la navegación supersónica en vuelos privados.

Lo más parecido sería el contrato que la NASA acaba de anunciar por el que la compañía estadounidense Lockheed Martin podrá desarrollar un diseño preliminar de un avión que supere la velocidad del sonido. Y lo haría con un motor de explosión baja, es decir, con un mínimo impacto acústico, limitando el ruido. Eso sí, también se han puesto como fecha para comenzar a volar una muy cercana: en este caso, 2020.

El diseño del Aerion AS2 Mach, por su parte, está mucho más desarrollado. Fabricado con fibra de carbono, utilizará tecnología de flujo para reducir la resistencia en las alas y el fuselaje en un 20%. Airbus se encarga de su desarrollo tecnológico y de las certificaciones, por su parte. El trabajo conjunto permitiría una velocidad superior a los 1.225 kilómetros por hora, lo que facilitaría dar media vuelta al planeta en menos de siete horas.

En su forma destacan un fuselaje de forma ovalada y unas alas construidas en titanio, que permiten que el jet viaje por encima de la velocidad del sonido (con el apoyo, claro, de tres motores de 6.800 kg de empuje). Dentro de la cabina, como no podía ser menos, será una decoración de gran lujo y toda la equipación de alta tecnología disponible la que se encargue de hacer el viaje muy agradable.

Un lujo a toda velocidad que será realidad tras cinco años de pruebas y, sobre todo, 120 millones de euros.