Viajestic » Destinos

Europa

Radovljica, encanto medieval en Eslovenia

Esta pequeña ciudad medieval a las faldas de los Alpes mantiene intacto su casco histórico, con fachadas decoradas como hace siglos.

Publicidad

Las montañas Karavanke forman una cordillera montañosa dentro del conjunto alpino que separa Eslovenia de Austria, formando una frontera natural entre ambos países. En las faldas de las mismas, en el lado esloveno, se encuentra un pintoresco pueblo de apenas 5.000 habitantes que, gracias a su situación privilegiada, ha sabido mantener intacto todo su encanto medieval. Radovljica se encuentra en la confluencia de dos ríos afluentes del Sava, a no demasiados kilómetros de uno de los lugares más importantes para el turismo esloveno: la isla y lago de Bled. Su interés se encuentra en sus calles, en las del centro histórico, que prácticamente se mantiene igual a como era en el siglo XVI. No se exagera al decir que es un museo al aire libre, gracias a casas perfectamente restauradas tras la Segunda Guerra Mundial en cuyas arcadas se suceden pequeños cafés, tabernas, balcones cuajados de geranios... Visitar esta ciudad y no acercarse a la casa museo Šivec o al Museo Municial, con la exposición permanente de la historia de Anton Tomaž Linhart, primer dramaturgo esloveno, no puede permitirse. Tampoco no acercarse, si hay tiempo, al Museo de la Apicultura. Y es que los dulces de miel son toda una tradición en Radovljica. Lo saben bien en uno de los hoteles con encanto de la localidad, el Lectar, cuyos huéspedes, además de levantarse con la posibilidad de saludar desde sus balcones privados a los Alpes, en un edificio con más de cinco siglos de antigüedad, también pueden desayunar cada día los dulces de miel y otras exquisiteces que hace la familia propietaria en su propio horno. De hecho, es sede del Museo del Pan de jengibre, toda una tradición eslovena. Con apenas nueve habitaciones, es un perfecto epicentro desde el que conocer la ciudad, acercarse a Bled o incluso participar de actividades únicas como sobrevolar en avioneta privada los Alpes, viajar en un antiguo tren de vapor hacia el lago o incluso jugar al golf frente a picos de miles de metros de altura. Toda una experiencia que es posible aquí, en Radovljica.

Publicidad