Europa
Ålesund, una ciudad art nouveau
Un incendio en 1904 obligó a reconstruir casi por completo esta ciudad noruega
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Hay ciudades que se reinventan, bien porque su población cambia, porque el turismo evoluciona o, en ocasiones, porque se ven obligadas a adaptarse al paso del tiempo. Pero hay algunas que se ven obligadas a ello por catástrofes naturales y problemas ajenos a ellas y sus habitantes. Las opciones en este caso están claras: reconstruir la localidad tal y como era o bien innovar y dejarse guiar por la creatividad. Es el caso de Ålesund, una ciudad situada en la provincia de Møre og Romsdal, en Noruega. Se encuentra a poco más de 230 kilómetros de Bergen y está emplazada en siete islas de la costa oeste del país: Hessa, Aspøy y Nørvøy, Oksenøy, Ellingsøy, Humla y Tørla. La localidad tiene origen vikingo y no recibió el estatus de ciudad hasta el año 1848. Pero en el año 1904 sufriría un incendio que cambiaría completamente su apariencia y la vida de sus ciudadanos. El día 23 de enero de 1904, el fuego comenzó a extenderse por la ciudad, arrasando calles, edificios, casas y todo aquello que encontró a su paso durante las 16 horas que estuvo activo. Pese a la colaboración de todos los habitantes, tan solo resistieron en pie poco más de 200 casas, quedándose sin hogar unas diez mil personas. Surgió entonces el problema de cómo reconstruir la ciudad prácticamente en su totalidad. Gracias a la ayuda de la población y al trabajo de jóvenes arquitectos, Ålesund volvió a recuperar todo su esplendor en el año 1907. Y lo hizo de una forma distinta, convirtiéndose en una localidad modelo para el estilo art nouveau. En ella se construyeron edificios de colores, inspirados en el romanticismo nacional, con infinidad de torres y una ornamentación muy cuidada y llamativa. Poco después, durante la década de los 50 y los 60 se posicionó como uno de los principales puertos de pesca de arenque, distribuyendo a toda Europa. Solo basta una mirada, un paseo entre sus calles o una visita a sus museos y atracciones principales para adivinar por qué motivo en 2007 fue elegida por los noruegos como la ciudad más bonita del país y en 2009 el periódico The Times también se refirió a ella en esos términos. Ålesund tiene un clima marítimo, con inviernos suaves pero muy ventosos y es una ciudad que bien podría haberse creado en la imaginación de un escritor de cuentos infantiles. La imaginación vaga por cada uno de sus rincones, convirtiéndola en una ciudad tremendamente inspiradora, modernista y bella. Está rodeada de fiordos y de las cumbres de los Alpes de Sunnmøre. Merece la pena subir los escalones que separan la ciudad de la cima del monte Aksla, para contemplar de manera panorámica todo el entorno. También una visita al Atlanterhavsparken, un gran acuario en el que además de ver la flora y fauna marina, se puede caminar por sus zonas al aire libre e incluso hacer buceo en puntos indicados. El Museo Sunnmøre es el lugar perfecto para conocer la historia de la ciudad antes del incendio de 1904. Es un museo al aire libre compuesto por más de 50 casas antiguas en las que se puede entrar y conocer las tradiciones del pueblo noruego en general y de Ålesund en particular. Al igual que el Ålesund Museum, en los que se explican los métodos de pesca local y cómo se construían las embarcaciones típicas. Cada una de las casas que forman la ciudad contiene numerosos detalles coloridos, torretas y decoración que las convierten en únicas. El estilo de sus edificios le ha valido ser parte de una red europea de ciudades modernistas en la que también se encuentran Barcelona, Viena y Glasgow entre otras. Cafeterías, galerías de arte, restaurantes y tiendas pintorescas para todos los gustos son una buena opción para los turistas. Ålesund es el claro ejemplo de cómo, a pesar de haber sufrido un suceso dramático, la ciudad ha conseguido sobreponerse a las dificultades y reinventarse. En ella se degustan platos típicos como los mariscos, el arenque, carne de reno o de alce.
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