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ÁFRICA

Kirawira Camp, retorno al viejo mundo

Un campamento en la llanura sin fin de Tanzania

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No puede tener mejor ubicación. Una situación privilegiada. Sobre una colina dominando una inmensa llanura en el extremo más alejado del Serengeti, cerca del rio Grumeti famoso por sus cocodrilos. Una reminiscencia de ese pasado colonial que nos va a convertir en protagonistas de nuestra particular “Memorias de Ýfrica” trasportándonos al mundo de los legendarios cazadores blancos como el barón Blixen. Cada una de sus 25 tiendas de lona, construida sobre una plataforma de madera, son una auténtica réplica de los campamentos de caza de la época colonial. Cuenta con un asistente personal para cada una de sus habitaciones en las que la privacidad y la elegancia están aseguradas. Su acogedor interior decorado al más puro estilo victoriano, con camas con dosel recubiertas de colchas de patchwork, escritorio, lámparas de latón, alfombras… incluso un elegante cuarto de baño en caoba, invita al descanso después de una agotadora jornada de safari a “lomos de un Land Rover” intentado avistar a los cinco grandes. Desde nuestra terraza nos convertimos en observadores privilegiados de esa naturaleza en estado puro y según la época del año del impactante espectáculo de las grandes migraciones animales del Serengeti. Miles de ñus, cebras o gacelas desplazándose en busca de mejores pastos y, por supuesto, con los depredadores pisándoles los talones. En consonancia con las habitaciones, la tienda central, esa especie de gran sala de estar que sirve de punto de reunión, sigue las mismas pautas decorativas: sillones de cretona sobre alfombras persas, mecedoras, escritorios, un bar bastante bien surtido y una biblioteca repleta de interesantes libros sobre la fauna y flora autóctona. Un ambiente agradable en el que tomar una copa o simplemente hacer tiempo para pasar a su elegante comedor. Un momento mágico para contemplar la puesta de sol. Unas vistas que se pierden en el horizonte sobre la sabana y parecen no tener fin. Las cenas se convierten en un espectáculo, con su personal ataviado con elegantes túnicas y turbantes swahili y una oferta gastronómica de calidad, previo paso a una animada tertulia alrededor de un hipnótico fuego de campamento.

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