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UNA PERLA ARQUEOLÓGICA EN JORDANIA

Jerash, la Decápolis romana mejor conservada de Oriente Medio

Pocas antiguas ciudades romanas y bizantinas pueden presumir, como Jerash, de mostrarse casi tal cual eran. Calles bien delimitadas, un impresionante teatro aun en funcionamiento, hipódromo... Es fácil hacerse una idea de cómo era allí la vida hasta que un terremoto la destruyera en el siglo VIII.

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Diez ciudades en los confines orientales del Imperio Romano formaron una alianza llamada la de las Decápolis. De Damasco a Filadelfia (la actual Ammán, en Jordania), su labor inicial fue 'civilizar' a los pueblos que Roma iba anexionando, especialmente tras la entrada de Pompeyo en Siria en el año 63 a.C. De ellas, la que mejor se conserva es Jerash, una ciudad al norte de Jordania, a poco más de una hora de Ammán, y que sorprende por su perfecto estado, fruto de una excavación y restauración perfectas.

Durante siglos, la ciudad permaneció enterrada en la tierra y escombros que produjo un gran terremoto en el siglo VIII, así como otros posteriores a lo largo de los años. El primero fue el motivo por el que Jerash comenzara a ser abandonada, máxime cuando la ciudad de Palmira comenzó a convertirse en la más dinámica de la zona, y luego la invasión persa. En sus mejores momentos, alcanzó un tamaño de 800.000 metros cuadrados.

Acercarse hasta Jerash y comprobar su antigua magnificencia es fácil. No solo porque sea una de las vistas que nadie debiera pederse en Jordania, sino también porque lo tienes delante de tus ojos. Nada más llegar al centro de visitas, tras pasar un improvisado zoco de tiendas de recuerdos y artesanías, comienza una caminata en la que la primera parada es un impresionante hipódromo, donde aun se celebran carreras para turistas entre jinetes que conducen carromatos de estilo romano.

Pero lo realmente bello está a continuación, en lo que sería la puerta sur de la antigua ciudad. Allí empieza todo un viaje en el tiempo, con una gran plaza central rodeada de columnas que vertebra el plano urbano. El camino ideal es circular, por lo que da igual si tomamos la vía principal (el Cardus Maximus), que termina en la puerta norte, o si viramos hacia el primero de los templos.

La mejor opción es esta segunda. Así, basta andar unos pasos para encontrarse con columnas gigantescas, capiteles de tamaño inconmensurable, que permiten hacerse buena idea de cómo era el templo de Zeus, que preside desde lo alto todo Jerash. A su lado, el Teatro de Domiciano, de finales del siglo I d.C., con capacidad para 6.000 espectadores, levantado sobre columnas y que se sigue usando hoy para festivales por su magnífica acústica. Llama la atención que las gradas, las reales de la antigüedad, mantienen incluso la numeración de la época.

Después, nuestra ruta sigue por diferentes templos bizantinos, uno de ellos: la basílica de San Cosme y San Damián, con los mosaicos intactos, y reconvertido posteriormente en mezquita (Jerash renació en el periodo Omeya, pero volvió a desaparecer al poco). El culmen será el impresionante Templo de Artemisa, donde es posible comprobar cómo una de sus columnas se balancea ligeramente. Es el más grande y el de mayor altura de todo el complejo. Si se accede a este desde la vía principal empedrada, se hace subiendo una gran escalinata que solo permite ver el templo casi en los últimos peldaños, toda una visión.

El Cardus Maximus, por su parte, es una vía en la que se suceden los mercados, comprobándose perfectamente los lugares reservados a las tiendas de mercancías más nobles, así como la de los alimentos. Todo ello en espacios delimitados por columnatas y bancadas. Está tan bien dispuesto que es imposible no imaginarse a los ciudadanos haciendo allí sus intercambios hace veinte siglos.

Aun queda mucho por desenterrar en Jerash, especialmente las zonas de viviendas del pueblo, algunos palacios de los nobles y parte de los templos. Sin embargo, eso no quiere decir que no emocione muchísimo lo que ya está a la vista. A 48 kilómetros al norte de Ammán, es casi obligatorio no perdérsela y está incluida dentro del Jordan Pass, los diferentes paquetes de entrada a los monumentos más importantes de Jordania que ofrece el Ministerio de Turismo del país. Si se prefiere comprar la entrada exclusiva a Jerash, esta cuesta 8 dinares jordanos (alrededor de 10,50 €).

Más información:
Turismo de Jordania

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