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NATURALEZA SALVAJE

Tras los jaguares de Guyana

En el pequeño país sudamericano, el jaguar es símbolo de cultura y ha sido declarado el animal más representativo, llegando incluso a estar presente en su escudo. Las exuberantes selvas del interior se han convertido en un hogar en el ellos son los reyes.

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El jaguar es el felino más grande de toda América y está considerado un animal clave para entender el estado de la conservación de los ecosistemas autóctonos de la región, especialmente los que están comprendidos entre los dos Trópicos y, con gran atención, al del río Orinoco.

La relación existente entre los pueblos que allí habitan y el jaguar se remonta a tiempos inmemoriales, cuando el gran felino formaba parte de rituales y su dibujo o representación se utilizaba para asociarlo a dioses. Uno de estos lugares es el actual estado de Guyana. En la antigua colonia británica (Reino Unido reconoció su independencia tras años de violencia en mayo de 1966), es considerado el animal nacional, símbolo cultural y del país, estando incluso presente en el escudo del Estado.

La espectacularidad y, sobre todo, la singularidad de los bosques tropicales y selvas de Guyana hacen de esta zona una de las mejor conservadas para el desarrollo del jaguar. De hecho, son lugares tan tupidos que muchos zoólogos consideran que no sería extraño que muchos de sus animales no hayan visto jamás un ser humano (claro que algunos de estos incluye a anacondas gigantes, lo cual es un alivio). No es de extrañar que se haya querido crear el ‘Corredor del Jaguar’ por esta zona, un área en la que puedan vivir en libertad y deje de mermar su número.

Aunque son animales difíciles de ver, hay empresas dedicadas a ofrecer safaris fotográficos y de avistamiento de jaguares en plena selva. Una de ellas es Naturetrek, que tiene como base en Guyana el bosque tropical de Iwokrama. Este es un centro para conservación y el desarrollo del medio ambiente selvático, creado por la Commonwealth en 1966 y que está rodeado de vegetación (con ejemplares como la Victoria Regia, el nenúfar más grande del planeta).

Con 400.000 hectáreas de superficie, unas vacaciones aquí permiten acercarse al hábitat del felino, pero también al del pueblo Makushi. Pocos rincones del planeta pueden comprarse a este en cuanto a riqueza de aves, especies de plantas... Los propios makushis se encargan de contarlo, junto a la historia de su tribu, que se extiende también por Venezuela y Brasil, con su propio idioma y que en Guyana se concentran sobre todo en la región del Alto Takutu.

Ellos saben que los jaguares son animales huidizos. Siendo los depredadores más importantes de la selva, pueden presumir, además, de grandes nadadores. De hecho, al igual que el resto de felinos, su adaptación al entorno es fantástica, aprovechando incluso las carreteras y construcciones humanas para su provecho de cara a la caza, de ahí que uno de los lugares donde es más fácil ver a uno de ellos sea, precisamente, en pleno camino del safari, sobre el asfalto (a menos que se sientan atacados o en peligro, no atacan). Si estamos de suerte, tendremos la oportunidad de ver al raro jaguar negro, una modificación genética que se da en muy pocos nacimientos de jaguares.

Sin duda, el safari de observación más emocionante y apasionante de los que puede ofrecer la gran selva tropical del norte de Sudamérica, y donde tendremos que rendir pleitesía al rey de los felinos americanos: Su Majestad el Jaguar.

Más información:
Iwokrama
Naturetrek
Turismo de Guyana

 

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