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ESPECTACULARES FORMACIONES GEOLÓGICAS

Los inmortales bosques de piedra

Los bosques son lugares que nos permiten estar en contacto directo con la naturaleza y extasiarnos al contemplar su belleza. Con su espectacular paleta de colores que varía según la zona y la estación del año no sólo son un deleite para la vista, invitan a pasear, pensar, relajarse. En casi todas las regiones del planeta hay uno y como dice el diccionario son extensiones en los que la vegetación que predomina son los árboles. Sus complejos ecosistemas son una de las bases más importantes de la biosfera aunque algunos soportan los efectos negativos de la actividad humana.

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Los hay que han surgido de forma natural o plantados por la mano del hombre; tienen diferentes nombres según su tipo de vegetación o su ubicación geográfica, y algunos han conseguido renombre gracias al celuloide, las novelas o el arte.

Además de estas tradicionales extensiones están “los otros”, los bosques de piedra, en los que los árboles no tienen ramas ni hojas, unas inmensas columnas de piedra, como unas estalagmitas que nacen del suelo y se elevan como si también quisieran alcanzar los rayos del sol.

Unas formaciones espectaculares que deben sus curiosas formas a diversos procesos geológicos y la erosión del agua o el aire a lo largo de millones de años consiguiendo esculpir sus estructuras de piedra logrando curiosas y fantasiosas formas.

Afilados espacios pétreos en los que la vida ha dado paso a la materia inerte, que parecen sacados del mundo de los sueños, fantasmagóricos en los que la verde clorofila ha sido sustituida por el frio gris y siempre acompañados de leyendas que los hace todavía más singulares.

Bosques de gigantes árboles petrificados, rodeados por senderos, ríos subterráneos, pasadizos o puentes. Un cúmulo de sorpresas que los han convertido en objetivo turístico además de su majestuosidad artística y paisajística.

Bosque de Shilin en China
Uno de los más milenarios del mundo con más de 270 años de antigüedad. Esta extensión de la región de Yunnan es de las más espectaculares debido a la diversidad de formas y colores. Sus columnas de piedra, que se entremezclan en un bosque propiamente dicho, son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Dividida en varias áreas tiene cuevas subterráneas y lagos con estalagmitas submarinas. Su nacimiento, según la leyenda, se debe a la joven Ashima a la que su familia le impidió casarse con su enamorado. La tristeza y la melancolía hicieron el resto convirtiéndola en un árbol de piedra.

Reserva de Tsingy en Madagascar
En la lengua malgache “tsingy” denomina las tierras baldías y en ingles se traduce como el lugar “donde no se puede caminar descalzo”  y no es de extrañar. Sus formaciones se elevan más de 70 metros del suelo como afiladas agujas mientras que a sus pies sorprende un mágico mundo de cañones, cuevas y bosques de manglares, reino de las aves, lémures y camaleones. Por supuesto, es Patrimonio de la Humanidad.

Pilares del Lena en Rusia
En el corazón de Siberia, sus elegantes pilares de piedras con una altura entre 150 y 300 metros bordean el margen derecho del río Yakutsk a lo largo de decenas de kilómetros formado un imponente conjunto que se convirtió también en Patrimonio de la Unesco. Un paisaje kárstico de una gran riqueza geológica en el que la existencia de numerosos fósiles de especies extinguidas de los tiempos del Cámbrico dan cuenta de su antigüedad.

El bosque de piedras de Huayllay en Perú
En Cerro de Pasco, este gigantesco oasis petrificado esta considerado como el bosque ecológico más grande y alto del planeta. Un lugar misterioso en el que dada su situación algunos lo han considerado centro de contacto extraterrestre. En él se pueden apreciar pinturas rupestres además de las formas caprichosas que la naturaleza se ha encargado de esculpir. Figuras pétreas de animales que cohabitan con los animales autóctonos: vicuñas, gatos monteses, zorrillos, gavilanes y perdices.

Torcal de Antequera en España
Aunque más modesto y con menos pretensiones, aquí en España, en la provincia de Málaga, también tenemos nuestro bosque de piedra. Una formación rocosa de formas redondeadas que aunque parece un lugar inhóspito tiene una variada fauna y flora. Los buitres leonados, el búho real, el zorro o la comadreja campan a sus anchas entre las encinas o las plantas que se han adaptado a vivir entre rocas.

 

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