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Europa

Un edificio de la Bauhaus reconvertido en hotel boutique

El Soho House Berlin está en el exclusivo barrio de Mitte de la capital alemana

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Retrocedemos en el tiempo unas décadas atrás. El Berlín de hace unos años no se parecía en nada al actual, se trataba de una ciudad dividida en dos, una capital europea que no guardaba relación con sus coetáneas, sino que la diferenciaba de ellas muchas características. En aquella época, en el barrio de Mitte, uno de los más exclusivos de Berlín, estaba repleto de edificios pertenecientes a la Bauhaus, fácilmente identificables por su arquitectura simétrica y que tenían usos muy distintos. En concreto, uno de ellos, situado en el número 1 de Torstraße, abrió sus puertas al público en el año 1928 como unos grandes almacenes. Poco más tarde, durante la guerra, guardó en su interior documentos del gobierno y al terminar el conflicto, fue ocupado por el Partido Comunista como sede de todos sus archivos hasta el año 1956. En ese año, el edificio fue devuelto a manos de los descendientes de sus antiguos dueños. A día de hoy, este singular edificio que ha visto entre sus paredes tantas historias y que ha guardado documentos de importancia vital para el desarrollo de la historia europea, se ha reconvertido en un singular hotel boutique, el Soho House Berlin. Tiene cinco estrellas y su excepcional ubicación –a tan solo cinco minutos a pie de la icónica Alexanderplatz- hacen de él el alojamiento perfecto para familias, amigos y parejas que busquen dormir en un edificio destacado de la ciudad sin renunciar a estar al lado de todas las atracciones turísticas. Todos los espacios en el Soho House Berlin son amplios y la decoración del hotel destaca por sus líneas clásicas, con detalles incluso nostálgicos como un tocadiscos para uso de los clientes con una gran selección de discos de vinilo a su disposición.  El toque vintage también lo otorgan los suelos –los originales del edificio-, los muebles retro, los paneles de madera que decoran algunas de sus paredes, el sky de sus sofás, los flecos de sus lámparas y las butacas tapizadas con terciopelo. Estos elementos contrastan con el aspecto industrial de sus vigas de cemento, sus lámparas metálicas y sillas de diseño. El toque justo de ambos mundos, el pasado y el futuro. Y, ¿qué mejor momento que el presente para disfrutar de todas las comodidades que ofrece este hotel boutique tan encantador? En su séptima y última planta, en la azotea, el hotel dispone de una terraza con magníficas vistas y una piscina. En ella, el bar Club se encarga de servir unos buenos combinados para disfrutar del atardecer. Los deportistas pueden utilizar su gimnasio y aquellos amantes del séptimo arte que pasen unos días alojados en el hotel pueden disfrutar de su espectacular cine con butacas rojas, en el que se proyecta una completa selección de clásicos. También su biblioteca está abierta al público con una gran colección de libros de arte y diseño. Spa y 89 habitaciones cálidas y muy confortables, algunas de ellas a modo de apartamentos tienen cocina integrada. Un lugar en el que quedarse a vivir no sería ningún sacrificio y que enamorará a todos aquellos que tan solo pasen unas horas entre sus paredes.

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