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RUTA GASTRONÓMICA

Chipre, de bocado en bocado

La isla en la que, según la mitología, nació Afrodita nos sorprende con una gastronomía excelente. Allí los platos tienen un poco de griego, un toque libanés y un exótico punto egipcio que los convierten en toda una delicia. Escaparse a Chipre no solo está bien por sus playas, sino también por su cocina.

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Preparar un buen souvlaki en Chipre es motivo de orgullo. Los grandes trozos asados de carne de cordero deben servirse en su punto perfecto, que es cuando se deshacen, literalmente, en la boca. Saber llegar a esa maestría te convierte en un perfecto meraklis en toda regla, es decir, 'un hombre que hace las cosas bien'. Afortunadamente, en la isla en la que, según la mitología, emergió Afrodita de las aguas, no es difícil encontrar un restaurante en el que su cocinero llegue a este punto. Su cocina tradicional, transmitida de padres a hijos durante siglos, se ha mantenido intacta. Y es precisamente ese marcado carácter hogareño de la comida chipriota lo que la convierte en una desconocida y lo que hace más atractivo realizar una ruta gastronómica por el país.

Lo habitual es que la llegada a Chipre se haga a través del aeropuerto de Larnaka. Así que no habrá que irse muy lejos para empezar a disfrutar de su comida. Eso sí, habrá que evitar los bulliciosos restaurantes turísticos del paseo marítimo y saber buscar bien, adentrándose unas calles, tomando algunos recodos, hasta dar con las tabernas clásicas, a las que acude la población local. Así, un buen asado está esperando a quien acuda a Paphitis (Archangelou Michail, 1) o a Psarolimano (Av. Pigiale Pasa, 118). En estas dos tabernas clásicas también se sirve mucho pescado, y muy rico. Llama la atención que estemos en un ambiente marinero tradicional a pocos pasos de cientos de luces de neón de las discotecas y restaurantes de comida rápida.

Larnaka es el mejor lugar para probar pescado, aunque hay que tener presente que la cocina chipriota se basa sobre todo en la carne de cerdo y cordero. En Nicosia, la capital, los platos de estos dos animales son las estrellas. La parrilla del 59 Knives (94, Rigenis Street), por ejemplo, ofrece platos de vanguardia como el cerdo marinado con salsa teriyaki o la ternera irlandesa Black Angus con todo tipo de especias. Más tradicional es el Piatsa Gourounaki (Odos Faneromenis, 92). Aquí no falta el souvlaki de pollo y cerdo, así como los Kebab Politiko o las costillas de cerdo al peso, todo servido con las clásicas patatas chipriotas con orégano o la ensalada griega tradicional.

Para los aventureros, una buena opción es acercarse a las tabernas de las calles cercanas a la frontera con la división de la ciudad por la ocupación turca. Los dueños no hablan inglés, por lo que muchos invitan al turista a entrar en la cocina y elegir, directamente de unas grandes ollas, su plato combinado de verduras y carne estofada. Allí se aprecia el verdadero sabor de la cocina chipriota y es una anécdota que no se olvida.

Claro que si no queremos marcharnos de la costa, en Pafos, otra de las ciudades más turísticas, tenemos restaurantes como el premiado Limani (Coral Beach Hotel). Es de los pocos que puede presumir de ofrecer pescado recién traído del mar, ya que está a orillas del puerto privado de la bahía de Coral. Se trata de la taberna más lujosa del país, pero mantiene la estética tradicional de sillas de madera y manteles de cuadros. Allí los ‘mezes’ o entrantes no son de este mundo. La mejor tarama del mundo y platillos como los salmonetes fritos no se olvidan.

Si queremos darnos un capricho y pagar algo más, pero por una cena de alta cocina que bien lo valdrá, tendremos que ir a Limasol. Allí se encuentra Mavrommatis. Sus menús degustación unen tradición chipriota, cocina francesa y vanguardia. Eso sí, recuerda ir vestido con cierta elegancia, mejor con chaqueta en el caso de los hombres. Se puede cenar a partir de 60 € y es uno de los restaurantes más lujosos de la isla.

Más sencillo, pero igual de bueno, es el Vinarte, un bar especializado en vinos en el 31 de la calle Saripolou. Es una bodega clásica, con muchos quesos, maridajes perfectos y una relajada hora de cierre. Y también está genial la taberna de cocina tradicional Meze (Agiou Andreou, 209), regentada por un matrimonio que pone mimo en cada platillo de tapas chipriotas que sale de su cocina.

Es complicado que si uno decide entrar en una taberna clásica de Chipre salga decepcionado. La isla deslumbra con cada platillo. El mejor broche a un día de playa y arqueología.

Más información:
Turismo de Chipre

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