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En Dinamarca

Bienvenidos al hotel más pequeño del mundo

En el centro de Copenhague, con una única habitación, el Hotel Central bate todos los récords.

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Con 7.117 habitaciones y suites, el hotel que forman The Venetian y The Palazzo en Las Vegas, tras su unión en 2008, es el que más habitaciones tiene en el mundo. Le siguen otro cinco estrellas de la Ciudad de los Casinos, el MGM Grand, con 6.852. Y así, se van sucediendo establecimientos en todos los países del planeta, con cinco, cuatro... o ninguna estrellas. Al final de la lista, en un puesto bastante difícil de determinar, encontramos al protagonista de esta historia: el Central Hotel de Copenhague.

Si tuviéramos que hacer un símil entre ambos hoteles en el reino animal, podría decirse que, mientras el de Estados Unidos es una gran ballena azul, el de Dinamarca se trata de un microorganismo unicelular, por ejemplo, una bacteria. Eso sí, una con mucho encanto y que no tiene por qué sentirse menos orgullosa de su concepto: el de un establecimiento único en el mundo y que resume la nueva ola de diseño conceptual en la que vive Escandinavia.

A punto de cumplir dos años de vida, el Central Hotel se encuentra sobre otro récord en Copenhague, la de la cafetería más pequeña, bautizada como Granola. Y es que, en el fondo, son la misma empresa, ocupando el hotel la planta superior, un dormitorio de apenas 2,5 x 3 metros cuadrados de superficie. Abajo, apenas hay espacio para unas cinco mesas, una terraza con un par de mesas más y el mostrador con la cocina y la máquina de espressos.

Pasa la noche allí cuesta alrededor de 240 €/noche, un precio elevado pero en consonancia con lo que nos costaría cualquier hotel convencional de su categoría en la capital danesa, que nunca ha destacado por ser barata al turista. Sin embargo, esto no parece ser un problema, pues suele tener el cartel de ‘completo’ con bastante frecuencia (el primer semestre, tras la apertura, estuvo reservado todos los días).

Su propietario es Leif Thingtved, quien no duda de la comodidad de sus instalaciones. Aunque reconoce que es pequeño, no cree que haya problema en disfrutar de Copenhague pernoctando en su hotel, pues la habitación, además de una cama de 135 cm., cuenta con dos pequeñas mesitas plegables, cada una con banquetas, también pegadas a la pared cuando se requiere que no molesten; y una de ellas haciendo las veces de tocador. Hay que sumar un pequeño baño (ducha) y un armario, así como varios muebles de cocina (uno de ellos para el minibar) y una bonita ventana con cortinas. Además de un televisor y un cargador para el iPad, solo un cuadro del actor Ronnie Barker hace las veces de decoración (el comediante es uno de los favoritos del dueño).

La ventana es, precisamente, lo único que se aprecia de la habitación desde la calle, pues esta ocupa el hueco del tejado del pequeño edificio, que parece enmarcado entre los que están a sus lados. El espacio, antes de ser reconvertido en hotel, era el almacén del café, por lo que el negocio de abajo ha visto, si era posible, aún más reducida su superficie.

Al hacer la reserva, el huésped puede solicitar si desea una botella de champán o bombones de chocolate esperándole en la habitación. Además, puede solicitar galletas, vino... según sus apetencias; y el desayuno está siempre incluido en el Granola (o en la habitación, si así se prefiere), así como el wi-fi gratuito. Eso sí, no aceptan a más de dos personas por reserva. “Sencillamente, no caben... y no podemos poner camas supletorias”, sentencia el propietario.

Más información: EXTERNO|||Central Hotel & Cafe y EXTERNO|||Turismo de Copenhague

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