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América Norte

Alojarse en la casa de Charlie Chaplin

En The Charlie Hotel, en Los Ýngeles, han dormido Marilyn, Clark, Marlene y Bette entre otros

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Nos situamos en West Hollywood, muy cerca del mítico Sunset Boulevard, una de las zonas más exclusivas de Los Ýngeles. Allí todo es posible y la mayoría de los sueños pueden hacerse realidad con los medios y la suerte necesaria. Esta zona de la meca del cine aún respira por todos sus poros el esplendor de la época dorada de una industria que brilló de forma deslumbrante hace algunas décadas. Son muchos los edificios y rincones que recuerdan a las grandes estrellas del cine, tantos que resulta difícil llevar la cuenta –desde calles a bancos y cafeterías-. Uno de estos lugares es The Charlie Hotel. La propiedad fue adquirida en 1924 por la familia de Ruth Gordon y más tarde adquirida por Charlie Chaplin, quien tenía una casa en Beverly Hills y utilizaba esta vivienda como segunda residencia. Estaba compuesta por varias casitas, con tejas y acogedores jardines al más puro estilo inglés, tanto que recordaba a las casas típicas del Londres natal de Chaplin. Alrededor, entre buganvillas, había varios bungalows en los que se alojaban los amigos del actor y director. En ellos han dormido personajes como Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Bette Davis, Gloria Swanson y Clark Gable, entre otros. Estrellas que han dejado sus historias y buenos ratos en esta propiedad y cuyos nombres identifican las 13 casas de campo que dan forma a The Charlie Hotel. Fue Menachem Treivush quien, en 2002, adquirió todas las casas y las reformó para convertirlas en un singular hotel que aún sigue dando cobijo a estrellas de cine y también a huéspedes curiosos y caprichosos. Treivush ha mantenido todos los detalles que recuerdan las épocas pasadas de The Charlie –como vigas de madera y azulejos de los baños-, incluyendo comodidades modernas y una decoración exquisita y elegante e inauguró el hotel en el año 2008. The Charlie Hotel, a pesar de encontrarse en el bullicioso Hollywood, está aislado del ritmo frenético y a veces delirante de la ciudad. En este hotel se respira una tranquilidad incomparable, las plantas, rosales y árboles crean un ambiente íntimo que ayuda a los huéspedes a desconectar del mundo exterior. The Charlie parece un pequeño pueblo inglés, no tiene gimnasio, ni restaurante, ni bar ni tampoco vestíbulo, sino que una de las casas hace las funciones de oficina. Hay wifi, aparcamiento privado, amplias zonas de estar y todas las habitaciones tienen grandes ventanales por lo que son muy luminosas, además de cocina bien equipada. Betty, en honor a Bette Davis, es una suite con suelo de madera oscura, orquídeas blancas, textiles azules, grises y blancos y está conectada a través de una escalera con la habitación Clark –Gable-, que tiene dos patios privados. Charlie, la cabaña en donde se alojaba Chaplin, es una de las más exclusivas y cuenta con una zona de oficina, mientras que Dylan es amplia y muy cálida. Gloria cuenta con dos habitaciones y, al estar situada en un nivel superior, permite contemplar unas magníficas vistas y atardeceres desde sus ventanas. Gregory –en honor a Gregory Peck- es una de las casas que hace esquina y a ella se accede a través de un patio con una bonita fuente. Marilyn, con dos habitaciones, es una de las casas más evocadoras por el nombre que lleva y por el hecho de que la actriz solía alojarse aquí en los años 40. Marlene, también con patio privado y Masha que es la suite más espaciosa. Ruth es la habitación que ocupaba la primera dueña de la propiedad Ruth Gordon y tiene un bonito asiento en la ventana desde el que se contemplan todos los jardines. Sasha, Steve y Valentino completan The Charlie Hotel, siendo esta última la más lujosa y exclusiva del hotel. Muchos consideran este original alojamiento un auténtico oasis en Los Ýngeles que aún guarda todo el encanto propio del séptimo arte. Casi como si de un set de rodaje se tratara, las casas de la campiña inglesa que lo componen, crean un ambiente único que logra sumergir a los huéspedes en una realidad casi paralela. Imagínate la cantidad de anécdotas, vivencias y  momentos que han tenido lugar entre sus paredes, ¿en qué habitación te alojarías?

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