Europa
La aldea más portuguesa de Portugal: Monsanto
Escapada al pueblo más curioso de Portugal, cerca de Cáceres.
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Monsanto está situado a unos 25 kilómetros de Idanha-a-Nova, muy cerca de la frontera con Cáceres, y fue escogido en 1938 como “el pueblo más portugués de Portugal” Un gallo de plata en la torre de Lucano lo corrobora. Encaramado en una colina escarpada de granito, en una montaña llamada Cabeço de Monsanto plagada de grandes moles de granito, las casas se aprietan entre las enormes rocas, con pequeños patios y jardines separados por muros de piedra y pendientes talladas, que se fusionan y se integran a la perfección con la roca. Lo curioso es que las rocas de granito literalmente se encuentran situadas en el techo de las casas como tejados. Y las casas construidas entre huecos. Los vestigios de presencia humana más antiguos hallados en este lugar datan del paleolítico. La arqueología ha demostrado que, posteriormente, la zona fue habitada por los romanos, los visigodos y los árabes. Además en la localidad están las ruinas del castillo de Monsanto, que comenzó siendo un castro lusitano, para ser restaurado más tarde por los romanos y que sufrió durante años una larga historia de asedios y batallas Don Afonso Henriques, en 1165 reconquistó Monsanto arrebatándoselo a los moros y lo donó a la Orden del Temple encargada de repoblar la zona y reconstruir la fortaleza. El rey Don Manuel I le otorgó una nueva carta y le dio el rango de ciudad en el año 1510. En 1758 Monsanto fue la capital del condado, un privilegio que mantuvo hasta 1853. En la mitad del siglo XVII, Don Luis de Haro, ministro de Felipe IV, intentó sin éxito su asalto. Y más tarde, a principios del siglo XVIII, el duque de Berwick también sitió esta localidad. El ejército portugués, al mando del marqués de Minas derrotó al invasor en las estribaciones de la elevación escarpada. Ya en el Siglo XIX, el imponente castillo medieval fue parcialmente destruido por una explosión accidental del polvorín de municiones, y hoy solo quedan dos torres, el Peón y Mantener, además de las hermosas ruinas de la Capilla de San Miguel que datan del Siglo XII. Qué ver en Monsanto. La Madre Iglesia. Probablemente construida en el Siglo XV, y que fue reformada en el siglo XVIII, pero que conserva los elementos de la fachada más antiguos, como el portal románico. En su interior todavía se pueden admirar cuadros y preciosos altares, especialmente el altar mayor con un magnífico trabajo en el dorado. La Torre del Reloj. Si te sientas tranquilamente en los bancos que encontrarás en lo alto de esta torre, vas a poder disfrutar de unas vistas espectaculares sobre las llanuras de Idanha. La casa de una sola teja o Casa de Uma Só Telha. Un bloque de graníto de 2.400 toneladas de peso, que es en realidad el tejado de una casa. Se ha completado con muros de piedra el espacio bajo la roca para construir un espacio único y habitable. Es una construcción elemental con un único hueco para la entrada. Impresiona. El Mirador de Monsanto, sobre las piedras de la ladera. O el Castillo de Monsanto. Imponente fortaleza medieval del siglo XII que se levanta de manera irregular sobre la roca escarpada. Tiene dos puestas, la Puerta de la Traición y la Puerta Principal. Dentro del castillo se encuentra la Igreja do Maria do Castelo. La fuerte subida hasta el castillo merece la pena por las vistas sobre la región. La Plaza de la Cruz con la Fonte Nova. que es la plaza medieval en la que se puede ver una hermosa casa nobiliaria del siglo XVIII. Dónde Alojarse en Monsanto Casa do Leão en alquiler. La casa está situada dentro de los muros de Monsanto. Esta casa lujosamente decorada y amueblada con antigüedades del Siglo XVIII y del Siglo XIX cuenta con sala de estar y una cama original del Siglo XVIII, cuarto de baño de estilo antiguo y comedor y cocina totalmente equipados. Ocupación máxima de 2/3 personas. Casa de la Cueva en alquiler Esta casa es la más típica y romántica de Monsanto, ya que se encuentra ubicada dentro de una cueva. Tiene cuarto de baño y está decorada con mobiliario original del Siglo XVII. Ocupación máxima 2 personas.
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