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América Norte

Alcatraz, la isla de los misterios y las leyendas

Una de las prisiones más famosas de la historia y una visita imprescindible en San Francisco

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La cárcel de Alcatraz permaneció en funcionamiento casi treinta años, en los cuales presumió en varias ocasiones de ser la más segura del mundo. Quizás porque se encontraba en una isla, porque las aguas del Pacífico que la rodean son gélidas durante prácticamente todo el año y las corrientes muy fuertes, lo cierto es que a Alcatraz no le faltan leyendas e historias de misterio. Esta isla fue la primera que tuvo un faro en toda la costa oeste estadounidense, el cual se construyó a mediados del siglo XIX. Entre 1934 y 1963, La Roca –como se la empezó a conocer- fue el hogar forzado de algunos de los criminales e incluso gangsters más temidos de Estados Unidos. Los presos más peligrosos eran encarcelados en Alcatraz, desde Al Capone hasta Robert Stroud, un asesino aficionado a las aves, Alvin Karpowicz, que estuvo en el número 1 de la lista del FBI en los años 30, el gangster George “Machine Gun” Kelly Barnes y Rafael Cancel Miranda, quien encabezó el ataque armado contra el Capitolio en los años 50. Un guardia por cada tres reclusos, celdas individuales para evitar confabulaciones, extremo silencio en sus corredores y un espacio subterráneo, el agujero, en el que se castigaba el mal comportamiento… Pese a los intentos de fuga que ha habido en esta cárcel, según los registros oficiales, 14, cuya leyenda han contribuido a aumentar las cámaras de Hollywood, solo cinco personas lograron escapar con éxito. Las autoridades les dieron por desaparecidos, pero no se ha confirmado nunca que sobrevivieran ni tampoco que fallecieran en el intento. Tras la clausura de la cárcel en 1963, motivada también por la erosión que el salitre provocaba en los cimientos, la isla fue ocupada por un grupo de activistas indígenas hasta que Richard Nixon ordenó su desalojo en 1971. La mayoría de turistas que acuden a San Francisco no se resisten a coger uno de los numerosos ferris que conectan la isla con la ciudad del Golden Gate para visitar esta prisión histórica y misteriosa a partes iguales. Desde ella se tienen unas vistas increíbles de San Francisco y no se tarda nada en llegar, porque los horarios son muy fluidos, sobre todo en época de verano. Además, la visita está guiada por unos auriculares, disponibles en la mayoría de idiomas, en los que se va escuchando la historia de la prisión, intercalada con narraciones de personajes que simulan ser presos y guardias de seguridad. Por eso, es una visita casi interactiva, amena y muy divertida, que deja a mayores y pequeños con ganas de saber más de este lugar. Su interior se encuentra en muy buen estado de conservación y se pueden ver varias celdas reconstruidas, casi intactas a como estaban en la época, la cocina, el comedor, las salas de enfermería y los patios en los que se relajaban los reclusos. Curiosamente, su nombre proviene de siglos atrás, cuando en 1775 el español Juan Manuel de Ayala descubrió este peñón y lo denominó “la isla de los alcatraces”. Por la cárcel pasaron un total de 1545 y al año son millones los visitantes que se acercan hasta ella. Una de esas experiencias que no se olvidan nunca en la vida, que te hacen disfrutar y desde el primer momento eres consciente de que te encuentras en un lugar único.

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