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INTELIGENCIA DE LOS DATOS

Así es cómo el Big Data nos ayudará a no quedarnos sin comida en 2050

La tecnología va más allá del último smartphone que utilizamos o las novedades de Apple: puede ayudarnos a no quedarnos sin comida en menos de medio siglo.

Big Data para los alimentos

Big Data para los alimentosWikimedia

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En 2050 se necesitará un 100% más comida en el mundo que ahora y el 70% estará generada-optimizada gracias a la tecnología. Esta frase, que parece sacada del inicio de una película catastrófica como Mad Max, nos tiene que servir de advertencia: el actual crecimiento de la población (exponencial teniendo en cuenta los últimos 2000 años de historia) ha llevado a un punto de no-retorno crítico donde no habrá alimentos para todos. Los grandes fondos de inversión y gigantes tecnológicos del mundo han encontrado un aliado para hacer frente a esto: el Big Data

##La población mundial y las necesidades de alimentación

En el año 2050, la población mundial llegará hasta los 9.100 millones de habitantes según las Naciones Unidas. Un aumento aproximado del 52% que supondrá no sólo un reto organizativo y de cambio por completo de múltiples panoramas: laboral, urbano, geográfico, etc. Sino además, algo mucho más básico como el acceso a recursos tan básico como el alimento y el agua.

La propia ONU ha estimado que esto nos llevará a aumentar las necesidades de alimentos en el mundo en un 100% de lo ya producido actualmente. Una cifra de vértigo que puede suponer un reto para muchos ya que la superficie de utilización agrícola también es limitada.

##Optimizar las cosechas: un reto y una oportunidad

Ante este reto, sólo queda una opción: optimizar al máximo la superficie existente. Gigantes como Monsanto y Brandt, trabajan con ingeniería genética para lograr que las

semillas que se utilizan sean más fácilmente producibles, que resistan a condiciones meteorológicas más adversas y que den un producto de mayor calidad/cantidad. Aunque no exento de polémica debido al trato transgénico que hacen varios grupos de presión medioambiental.

En el otro lado de la moneda se encuentran los datos. Como dice Craig Mundi, Senior Advisor del CEO de Microsoft, “los datos son la nueva materia prima del mundo”. Una mejor utilización de todos los datos disponibles con respecto a la agricultura y todo lo que le afecta pueden suponer aprovechar al máximo las cosechas. Datos meteorológicos, de calidad de semillas, de migración de especies animales y posibles plagas o incluso de los gustos de consumo de las personas pueden suponer mejorar la producción de alimentos del futuro.

Una optimización y procesado automático de todas estas variables, permite mejorar el rendimiento de las cosechas: plantar las semillas más demandadas en el momento climatológico y sin plagas más adecuado, etc. Se calcula que hasta el 70% de la producción alimentaria del mundo tendrá relación directa con una optimización tecnológica.

##Pero, ¿quién tiene los datos?

La grandilocuencia de los titulares va más allá. Sin los datos es imposible tomar cualquier decisión. Por ejemplo, el Gobierno de los Estados Unidos de la administración Obama trabajaba en un sistema de toma de decisiones basado en una mezcla de grandes volúmenes de datos sociales-científicos de organizaciones diversas como la NASA, National Oceanic Organization, el Departamento de Agricultura y demás. La salida de estos modelos predictivos es cada vez más precisa y permite a los líderes tomar decisiones más óptimas con mayor eficacia.

En el caso de España, diferentes startups trabajan en optimizar las cosechas de toda Europa. Pero estas iniciativas, al no partir directamente de una organización gubernamental y a la dispersión geográfica de los cultivos, tienen el problema de no tener acceso a todos los datos. Priops por ejemplo, startup Big Data con sede en Madrid destinada a la realización de informes sobre optimización de cosechas, consiguió una solución muy inteligente para obtener parte de sus datos: perseguir el dinero. Los bancos y los gestores de cuentas de agricultores poseen información vital para la planificación de las cosechas.

El futuro de muchos ámbitos de la vida dependerá (y en algunos casos, depende) del Big Data y la toma de decisiones basada en ingentes cantidades de datos; pero ninguna es tan vital como el conseguir mantener al mundo alimentado.

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