SONIDOS Y SENSACIONES

Por qué algunos sonidos nos ponen los pelos de punta

Esta es la explicación que se da a la reacción que se produce en nuestro cuerpo al escuchar ciertos sonidos.

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Nuestro cerebro identifica ciertos sonidos catalogándolos de diferentes formas, algunos más agradables y otros totalmente contrarios, los cuales podríamos considerar desagradables o estridentes. Hay muchas clases de sonidos que son capaces de vincularse profundamente con las emociones que sentimos.

Por ejemplo, existen algunos sonidos que incluso pueden provocarnos ciertos sentimientos, con los que incluso pueden llegar a ponernos la piel de gallina y que por lo general tienen dos características en común: son disonantes, lo que quiere decir que estos sonidos contienen una cualidad de tensión inherente, y se emiten a frecuencias muy altas.

Esto ocurre en algunos de los casos o ejemplos más famosos, como podría ser el de una tiza rallando la pizarra o el de un tenedor o un cuchillo friccionando un cristal, siendo este último ejemplo considerado el más desagradable para los participantes de un estudio que ha sido publicado en 'The Journal of Neuroscience', en el que se descubrió que nuestro cerebro prefiere la armonía, los sonidos armónicos y que por eso percibe entonces como agradables aquellos sonidos cuyas frecuencias guardan una relación armónica entre sí.

Pero, por el contrario, el cerebro es sensible a las estridencias y por eso al escuchar determinados sonidos con esas cualidades, manifiesta esos sentimientos de desagrado haciendo que el cuerpo erize el vello. Estos comportamientos podrían estar dados desde antes de que naciéramos y es que puede ser también una herencia de nuestros antepasados, cuya piel reaccionaría de la misma forma. El motivo tras esto es que los sonidos estridentes podrían significar algún tipo de alarma o amenaza, por lo que nuestros sentidos se mantendrían alerta.

Por último, se podría destacar que no todos reaccionamos de igual manera a un mismo sonido en concreto, aunque muchos coincidamos en algunos. Cada persona capta los sonidos a su manera y relaciona estos con los diferentes sentimientos que se perciban en el momento en el que se escuchan.

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