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LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

¿Nos hacen parecer más fuertes la postura de Superman o Wonder Woman (brazos en jarra)?

La afirmación lleva décadas en el imaginario popular, ahora un estudio da una respuesta científica.

Niño disfrazado de Superman

Niño disfrazado de SupermanPorapak Apichodilok para Pexels

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Los científicos llevan décadas preguntándose si esa postura de brazos en jarra, simulando el superhéroe de turno, sea Superman o la Mujer maravilla, nos ayudan a sentirnos más fuertes o a ganar confianza. Uno de los estudiosmás reconocidos fue publicado en 2010 en Pyschological Science y liderado por Dana Carney, de la Universidad de Columbia.

Este análisis sugería que este tipo de poses aumentan los niveles de testosterona, llevándonos a asumir más riesgos y disminuye los de cortisol, la hormona vinculada al estrés, lo que podría llevar a las personas a comportarse, con más confianza. Es decir, entre el cortisol y la testosterona, somos más osados porque tendríamos más confianza en un resultado favorecedor. Y todo gracias a los brazos en jarra.

A partir de ahí, los científicos asumieron que las posesde poder podrían afectar no solo cómo nos sentimos o cómo actuamos, sino también cómo nos perciben los demás.

Comparativa de estudios

El problema fue que muchos científicos intentaron reproducir los resultados del estudio inicial, aquel de 2010, pero no fue posible. Finalmente cinco años más tarde, la propia Carney admitió algunos errores en el estudio y comenzó entonces la polémica: ¿sirven para algo las poses de poder?

La realidad es que la postura y el lenguaje corporal son herramientas populares utilizadas en psicología. "En terapia, pueden ayudar a las personas a sentirse seguras y experimentar sentimientos positivos – explica el psicólogo Robert Körner de la Universidad de Bamberg en un comunicado–. Un ejemplo común es la pose de victoria con los brazos extendidos que, según varios estudios, aumentaría la confianza en uno mismo. Sin embargo, muchos de estos estudios no son concluyentes y se realizaron con muestras pequeñas. Además, a veces los estudios tienen resultados contradictorios".

Para intentar responder a esto, un equipo liderado por el propio Körner ha realizado una comparativa de los resultados de cerca de 130 experimentos con un total de 10.000 participantes. Los resultados, publicados en Psychological Bulletin, refutan la controvertida afirmación de que ciertas poses influyen en los niveles hormonales de una persona.

Posición erguida y percepción positiva

Para llegar a esta conclusión el equipo de Körner utilizó métodos estadísticos complejos para revaluar los datos de casi 10.000 personas. Los autores descubrieron una conexión entre una postura erguida o una pose de poder y una autopercepción más positiva.

"Una pose dominante puede, por ejemplo, hacerte sentir más seguro de ti mismo – afirma la coautora Astrid Schütz –, pero no se trata de efectos que podamos considerar sólidos. Al mismo tiempo, los hallazgos sobre los efectos fisiológicos (el incremento en la producción de ciertas hormonas) de las poses de poder no son determinantes y no han sido replicados por grupos de investigación independientes".

Lo interesante del estudio de Schütz y Körner es que la comparativa realizada permitió identificar algunas limitaciones en algunas de la investigaciones previas. Por ejemplo, la mayoría de los estudios funcionaron sin un grupo de control, algo fundamental ya que permite comprar los resultados obtenidos con el grupo experimental, el conjunto de voluntarios que, en este caso, adoptaron las poses.

Al mismo tiempo se les pidió a los voluntarios que adoptaran una pose dominante, sin especificar cuál, o una sumisa. "Por eso, no es posible decir de dónde vienen las diferencias, ya que solo una de las dos poses puede tener efecto", concluye Körner.

Y, por si fuera poco, todos los estudios se llevaron a cabo en lo que es conocido como sociedades WEIRD, palabra que se podría traducir como extraño o inusual, pero que en realidad es un acrónimo en inglés para describir las sociedades occidentales, educadas, industrializadas, ricas y democráticas. De este modo, aplicar los resultados a otras culturas o sociedades es algo que no está muy claro.

De modo que, hasta nuevas revisiones, el mito de la pose de poder, queda en suspenso. Sin importar la postura que adoptes al respecto.

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