SIN HUMANOS

La NASA mandará tres pequeños robots a la Luna para que trabajen sin ser controlados desde la Tierra

Tres rovers del tamaño de una maleta de mano podrían cambiar las formas de exploración espacial en el futuro.

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Tres robots pequeños del tamaño de una maleta de mano se enviarán a la Luna en 2024. La agencia espacial estadounidense NASA anunció su plan para enviar tres 'rovers' totalmente autónomos al ecuador de la Luna para cartografiar una región del suelo del satélite hasta ahora inexplorada. Pero, sobre todo, el principal objetivo de esto es demostrar que estos robots pueden trabajar de forma autónoma sin necesidad de ser controlados por humanos desde la Tierra.

Desde los años 90 la NASA ha enviado cinco rovers a Marte, pero no ha enviado uno a la Luna desde las misiones Apolo. Estos dispositivos tenían que ser controlados por astronautas, no podían viajar de forma autónoma.

 

Ahora que la NASA se está preparando no solo para volver a llevar gente a la Luna, sino también para establecer presencia a largo plazo allí, parece que ha llegado el momento de ver cuán útiles podrían ser estos robots móviles autónomos en su superficie.

La dinámica de desarrollo de estos robots será la siguiente: desde el centro de control de la misión se enviará una señal a la base lunar y se dictará una orden como, por ejemplo, "explora esta región". Entonces, los robots elegirán un líder y ese robot asignará tareas a los demás. A partir de ahí, cada uno deberá descubrir por sí mismo la mejor manera de cumplir su objetivo.

La idea es que los 'rovers' funcionen de forma totalmente autónoma y encuentren la mejor manera posible de realizar la tarea asignada sin necesidad de intervención humana.

Desafíos a los que tendrán que enfrentarse una vez en la Luna

Una vez lleguen estos tres robots a la Luna tienen una serie de desafíos técnicos por delante: en primer lugar tendrán que conducir de forma perfectamente alineada, sin desviarse el uno del otro. También tendrán que superar una prueba en la que dejarán que cada robot se aleje de forma autónoma en una dirección diferente para explorar un área de al menos 400 metros cuadrados y crear un mapa topográfico en tres dimensiones. Por último, quieren comprobar el comportamiento de los robots si alguno, por las causas que sea, deja de funcionar en la Luna.

Eso sí, esta nueva técnica podría cambiar por completo la forma de exploración espacial ya que, si funciona, podrían enviarse robots a lugares o zonas de la Luna o de cualquier otro cuerpo espacial que para los humanos sean peligrosos o de complicado acceso.

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