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EL ESTUDIO HA SIDO PUBLICADO EN LA PRESTIGIOSA PROCEEDINGS OF THE NATIONAL ACADEMY OF SCIENCES

Esta técnica permite diferenciar células sanas de cancerosas haciéndolas levitar

La lucha contra el cáncer debe empezar en los laboratorios. Aún queda mucho camino por recorrer en cuanto a investigación sobre la enfermedad se refiere, pero hoy en día muchos científicos se dejan la piel para probar nuevas técnicas y con ello poder poner freno al peor mal del siglo XXI, aunque sea mediante pequeños pasitos. Así, un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford ha descubierto un método que puede ayudar a detectar con más facilidad las células tumorales.

Una nueva técnica permite clasificar células sanas de las cancerosas haciéndolas levitar

Las células cancerosas flotan por encima de las sanguíneas más densas G+J

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Un equipo experto en Bioingeniería y Genética ha diseñado un dispositivo capaz de suspender una célula viva entre imanes y medir su densidad dependiendo de lo alto que flote. Aunque parezca algo abstracto y demasiado técnico, dicho de otra manera, tales mediciones se podrían utilizar para ordenar diferentes tipos de células y distinguir las cancerosas de las sanas, así como para analizar cómo las células experimentan cambios cuando se exponen a las drogas.

El proceso no fue nada sencillo. Los investigadores, dirigidos por Utkan Demirci, bioingeniero de la Universidad de Stanford en Palo Alto (California), estaban buscando nuevas formas de manipular y montar pequeñas piezas de tejido utilizando imanes, una técnica mucho más fácil, porque para un objeto de menos de 20 micrómetros, las escalas de fuerza magnética estarían tan bajas que no podría levantar su propio peso gravitacional. Otra forma de levitación consiste en llenar un objeto con partículas de dióxido de hierro, pero eso sería tóxico para las células vivas.

El grupo de Demirci no jugó con las propiedades magnéticas de las células, pero sí con el medio que les rodea. Así, los científicos crearon un canal estrecho, lleno de líquido entre los dos largos y delgados imanes, aproximadamente del tamaño de palillos para los dientes. Enlazaron ese líquido con partículas de gadolinio, un metal de tierra altamente magnético, que a veces se administra a pacientes para aumentar el contraste en una resonancia magnética. El campo magnético tiene la capacidad de sacar el gadolinio hacia abajo y esto hace que se empujen hacia arriba las células, creando una fuerza de flotación similar a la de un barco.

Esto, en términos corrientes, significa que la altura a la que levita una célula depende de su densidad. Si las células son igual de densas que el gadolinio se colocarán en el centro del canal; en cambio, si son de mayor intensidad se hundirán ligeramente. Gracias a espejos a lo largo del canal que reflejan la luz en un microscopio de posicionamiento, los autores pudieron observar las células levitando en tiempo real.

A continuación, se dieron cuenta de que diferentes tipos de células podían levitar en alturas distintas. Las células cancerosas aparecían flotando por encima de las sanguíneas más densas, algo que podría permitir a los médicos en un futuro detectar células tumorales circulantes en la muestra extraída al paciente. Según los autores del estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences,  “la técnica podría conducir a pruebas de diagnóstico más fiables”.

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