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CONTAMINACIÓN ACÚSTICA

Estos son los ruidos que más disminuyen nuestra capacidad de concentración

En el vídeo te contamos cuáles son los sonidos cotidianos que más nos perturban cuando estamos trabajando o estudiando.

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Intentar concentrarse con ruido puede llegar a convertirse en una tarea imposible. Vivimos rodeados de sonidos desde que nos despertamos por las mañanas hasta que nos dormimos por la noche. E incluso, muchas veces, el sueño se interrumpe por culpa de algún ruido inusual que despierta a nuestro cerebro devolviéndolo al estado de vigilia.

Los sonidos altos y repetitivos pueden producir estrés, insomnio y llegan a afectar a la concentración. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa de origen ambiental que más perjudica a la salud, solo por detrás de la contaminación del aire.

La Unión Europea ha fijado los parámetros máximos de ruido permitido en 55 decibelios por el día y 50 durante la noche. Según el informe Ruido y salud de 2018 elaborado por DKV y GAES, en España viven más de un 25% de personas bajo contaminación acústica severa. Las consecuencias, además de la pérdida de audición, son elevados niveles de estrés, mayor ansiedad, aumento de la fatiga mental, un incremento de la irritabilidad y mayores dificultades para conciliar el sueño.

Mantener nuestra exposición sonora dentro de las recomendaciones es prácticamente imposible si vives en una ciudad. Los coches, además de expulsar ingestas cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, son la principal fuente de sonidos perturbadores en las metrópolis, junto con el ruido de obras.

Hemos realizado una lista con los sonidos cotidianos que más dificultan la concentración:

- Vehículos

- Obras

- Trabajos de jardinería

- Música que no es de nuestro agrado

- Perros ladrando

- Niños chillando o llorando

Además, existen sonidos más sutiles que también pueden llegar a exasperarnos si, por ejemplo, se producen en nuestro lugar de trabajo o en la sala de estudio. Son el carraspeo de la garganta, escuchar golpecitos continuos producidos con el cuerpo o algún objeto (el clic de un bolígrafo) o el ruido de las articulaciones al moverse.

Realizar actividades que requieren concentración con un nivel alto de contaminación acústica es una empresa compleja. A pesar de que no existan soluciones infalibles, estas recomendaciones pueden ayudar a lidiar mejor con el ruido.

Primero, intenta buscar un lugar más tranquilo para terminar la tarea que estés realizando. También, utilizar unos cascos con cancelación de sonido es una buena idea para aislarte de los ruidos que te rodeen y poner algo de música que te agrade. Por último, si la contaminación acústica es frecuente, deberías enseñar a tu cerebro a trabajar con el ruido y a aislarse para focalizar la atención solo en la tarea que hay que realizar.

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