DEPORTE
¿Es bueno hacer ejercicios con agujetas?
Los expertos recomiendan el ejercicio físico después del dolor muscular tardío puede ser beneficiosos siempre y cuando cumpla una serie de requisitos.
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Desde el comienzo de 2024, han sido muchas las personas que han decidido poner el deporte como parte de su nueva rutina. Una gran motivación al inicio pero que se puede hacer cuesta arriba a partir del segundo día debido a las temidas agujetas. Se trata de una molestia que, a pesar de ser leve, suele quitar las ganas de seguir haciendo ejercicio. Algo que expertos no recomiendan.
En ese sentido, las agujetas, también conocido como dolor muscular tardío se producen por ciertas microrroturas que sufren nuestros músculos a la hora de realizar cualquier actividad física determinada. Entre los principales síntomas que se sufren son los dolores, la rigidez e hinchazón, así como una pérdida a la hora de generar fuerza y disfunción en las articulaciones contiguas al músculo que las padece. Estos suelen manifestarse a las 24 o 72 horas después del ejercicio.
Sin embargo, puede haber una vía para paliar ese dolor. La mayoría de expertos lo tienen claro y la solución es más ejercicio. Esto suele ser seguro y beneficioso para la recuperación muscular, siempre y cuando este sea de baja intensidad, así como escuchemos las necesidades individuales de nuestro cuerpo y se tomen las precauciones adecuadas.
Distinos estudios publicados en la revista Elsevier, concluyen que, para reducir el dolor causado por las agujetas, es recomendable realizar una repetición del mismo ejercicio que las provocó, pero con la condición de que sea de una intensidad menor. Otro aspecto que puede ser de gran utilidad es realizar el movimiento que causó la lesión, pero a una velocidad más baja y sin añadir peso.
Otras investigaciones apuntan incluso que la recuperación activa realizando ejercicios ligeros, entre ellos, estiramientos y movimientos suaves, pueden ser más efectiva que el reposo completo.
Por ello, es importante atender a las señales del cuerpo y ajustar la intensidad y el tipo de actividad física según la respuesta de cada cuerpo, ya que mientras algunas personas pueden resultar en todo un alivio; en otras pueden suponer un empeoramiento del dolor.
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