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LA MADRUGADA DEL 11 AL 12 DE AGOSTO

Lluvia de estrellas: llegan las Perseidas

Las Perseidas llegan fieles a su cita, esta vez acompañadas por la 'superluna, de verano que sólo dejará ver los meteoros más brillantes.

Las Perseidas serán este año en la madrugada del 11 al 12 de agosto

Imagen de varias Perseidas tomadas la noche del máximo en el año 2012 Jens Hackmann

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El verano no sería lo mismo sin las Lágrimas de San Lorenzo, y es que las Perseidas ya forman parte de nuestras noches estivales. Si hay una noche al cabo del año en la que ir al campo, tumbarse en una manta y mirar al cielo para disfrutar, esa noche es la madrugada del 11 al 12 de agosto.

El hecho de tener unas temperaturas nocturnas agradables, que muchas personas ya andan de vacaciones o que, simplemente se quiere disfrutar de un espectáculo astronómico, son buenos motivos para escaparse a echar un vistazo al cielo y dejarse sorprender por los meteoros de Perseo.

Este año hay más motivos para salir al campo esa noche porque, además de las ya mencionadas Perseidas, nos acompañará una Luna un poquito más grande de lo normal, casi inapreciable para el ojo humano pero que será un poco más brillante. La superluna de verano, una de las tres de este año, también nos hará una vista en la noche meteórica por excelencia.

Una Luna llena ya de por sí entorpece la visión de una lluvia de estrellas debido a la contaminación lumínica natural que nos ofrece; si además, como en el caso de la 'superluna', es un pequeño porcentaje más brillante, tan sólo podremos disfrutar de los meteoros más brillantes. En cualquier caso, veremos más meteoros que en la mayoría de lluvias de estrellas que nos visitan a lo largo del año.

Recordemos que las Perseidas no son ni más ni menos que los restos que ha dejado a su paso el cometa Swift-Tuttle. Estos meteoroides, que así se llaman estos fragmentos, no son más grandes que un grano de arroz en más de un 99% de los casos.

Cuando los meteoroides se ven atraídos por la Tierra, se precipitan hacia nosotros. Nuestra atmósfera nos protege del impacto ofreciéndonos además el espectáculo de una estrella fugaz o meteoro, indicando que la fricción ha desintegrado al meteoroide tras someterlo a una alta temperatura, dejando a su paso una estela verdosa.

Y si el meteoroide es más grande que un grano de arroz, por poner un ejemplo, del tamaño de una avellana, el resplandor que provocaría su impacto, fricción y desintegración sería capaz de iluminar prácticamente todo el cielo nocturno. Si fuera del tamaño de una nuez, podría incluso competir en brillo con la 'superluna'.

Así pues, no perdáis la ocasión de ver una superluna surcada por los meteoros más famosos del año. Y recordad: abrigaros que aunque sea agosto, porque la noche refresca.

 

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