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UNA INVESTIGACIÓN DESVELA EL MISTERIO DEL CURIOSO ASTEROIDE ITOKAWA

Anatomía de un asteroide con forma de cacahuete

Combinando observaciones astronómicas del asteroide Itokawa y analizando el efecto que el Sol causa en su giro, el científico Stephen Lowry y su equipo han estudiado su interior obteniendo densidades distintas en diferentes puntos, arrojando una posible teoría para explicar la formación del curioso asteroide.

Visión esquemática del asteroide Itokawa realizada con las medidas extremadamente precisas realizadas con el telescopio NTT de ESO combinadas con un modelo de la superficie topográfica del asteroide.

Visión esquemática del asteroide Itokawa realizada con las medidas extremadamente precisas realizadas con el telescopio NTT de ESO combinadas con un modelo de la superficie topográfica del asteroide. Créditos: ESO. Agradecimiento: JAXA

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Los palabra asteroide deriva del griego asteroeides, que significa “con forma de estrella”, ya que cuando a simple vista observamos un asteroide, puede ser confundido por su forma y brillo con una estrella. ¿Qué sabemos de ellos? Realmente poco ya que son bastante esquivos. Pero se ha dado un paso muy importante en la comprensión de estos cuerpos rocosos a través del estudio del asteroide (25143) Itokawa.

Tal y como reveló la sonda japonesa Hayabusa en el año 2005, el asteroide tiene una curiosa forma de cacahuete, aspecto que ha dado lugar a muchas especulaciones en lo referido a su formación. Pero además de Hayabusa, otros equipos científicos han analizado el asteroide con otros instrumentos.


Imagen del asteroide Itokawa obtenida por la sonda Hayabusa durante un acercamiento en 2005 (Fuente: JAXA).

Es el caso de Stephen Lowry, de la Universidad de Kent (Reino Unido) y su equipo. En su investigación, presentada en el artículo 'The Internal Structure of Asteroid (25143) Itokawa as Revealed by Detection of YORP Spin-up' de la revista Astronomy & Astrophysics, han medido la velocidad a la que gira el asteroide, que lo hace de forma no constante. Las observaciones de esta investigación han sido combinadas con un nuevo trabajo teórico sobre cómo los asteroides irradian calor.

Para esta investigación, el equipo de Lowry ha utilizado las imágenes de Itokawa obtenidas entre 2001 y 2013 por el telescopio NTT (New Technology Telescope) de ESO en el Observatorio de La Silla (Chile), complementándolas con las obtenidas por telescopios situados en Estados Unidos y España. De este modo, se han podido medir las variaciones de brillo a medida que rotaba, y por tanto, su período.

“Podemos ver que Itokawa tiene una estructura interior muy variada. Este descubrimiento supone un avance muy importante en nuestra comprensión de los cuerpos rocosos del sistema solar”, explica Lowry.

Otro punto importante de la investigación es que el giro de los asteroides y demás cuerpos pequeños del sistema solar puede verse afectado por la luz del Sol. Esto es conocido como efecto YORP (Yarkovsky-O’Keefe-Radzievskii-Paddack), que implica que luz del Sol es absorbida y se reemite desde la superficie de un objeto en forma de calor. Así, si la forma del cuerpo es irregular, el calor no se irradia de manera uniforme y esto genera una torsión continua que altera su giro.

El equipo de Lowry comprobó que el efecto YORP aceleraba lentamente la velocidad a la que gira Itokawa. Es un cambio de velocidad de rotación muy pequeña: 0,045 segundos de arco al año, siendo la única explicación que las dos partes del cacahuete que forma asteroide  tengan diferentes densidades. Y así es, ya que tras analizar los datos, se ha estimado que su densidad en dos puntos distintos es de 1,75 y 2,85 gramos por centímetro cúbico, respectivamente.

De esta forma, los astrónomos han encontrado por primera vez la variedad que puede tener la estructura interna de los asteroides, ya que hasta ahora, sólo se podía intuir la densidad global. Analizando el resultado, se ha barajado la posibilidad de que el asteroide se formara a raíz del impacto de dos asteroides más pequeños que chocaron y se fusionaron.

Lowry explica que “descubrir que el interior de los asteroides no es homogéneo tiene implicaciones de amplio alcance, especialmente para los modelos de formación de asteroides binarios” aunque esa no es la única conclusión, ya que “también podría ayudar en los trabajos que se desarrollan para reducir el riesgo de colisión de asteroides contra la Tierra”, añade.

Así pues, combinando las observaciones con el efecto YORP se ha conseguido una nueva capacidad de estudiar el interior de asteroides, un importante paso que puede ayudar a responder muchas preguntas relacionadas con estos objetos.

La nota de prensa puede consultarse aquí (en este enlace en versión original), y aquí el enlace al artículo científico.

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