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El alcohol no hace que la gente sea más guapa, pero aumenta las posibilidades de que hables con quienes consideras que lo es

Se trata más de coraje líquido que de gafas de belleza. Estos son los mecanismos cerebrales que están detrás de ello.

El alcohol no hace que la gente sea más guapa, pero aumenta las posibilidades de que hables con quienes consideras que lo es

El alcohol no hace que la gente sea más guapa, pero aumenta las posibilidades de que hables con quienes consideras que lo esiStock

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y lesiones. A nivel global, 3 millones de muertes cada año se deben al consumo nocivo de alcohol. Esto representa el 5,3% de todas las muertes.

En términos cerebrales, el alcohol interfiere con las vías de comunicación del cerebro y puede afectar tanto su apariencia como su funcionamiento: dificulta que las áreas del cerebro que controlan el equilibrio, la memoria, el habla y el juicio hagan su trabajo, lo que genera una mayor probabilidad de sufrir lesiones y otros resultados negativos. Esto se sabe desde hace décadas y aún así seguimos bebiendo, ¿por qué?

A los bebedores les gusta la forma en que les hace sentir: más felices, menos estresados, más sociables. La ciencia ha verificado el efecto de bienestar del alcohol: libera endorfinas que se unen a los receptores de opiáceos en el cerebro. Los efectos eufóricos iniciales del alcohol son el resultado de la liberación de dopamina desde el centro de recompensa del cerebro.

La dopamina se conoce como el neurotransmisor del "bienestar" y participa en la sensación de placer. También se cree que la liberación de dopamina es uno de los mecanismos queimpulsan la adicción. Además de la dopamina, beber alcohol libera inicialmente serotonina, que es otro neurotransmisor implicado en la sensación de felicidad y calma.

Así, desde las primeras copas, el alcohol reduce nuestras inhibiciones y ralentiza nuestra capacidad para procesar el entorno. Esto frena nuestra conciencia de los posibles riesgos sociales, como la incomodidad o el rechazo y al mismo tiempo hace que nos sintamos más amigables y extrovertidos con los demás.

Todo esto, sumado a la capacidad del alcohol para aliviar el estrés, colabora en nuestra sensación de sentirnos más cómodos al hablar con otras personas. Sin embargo, estos efectos no siempre reflejan el panorama completo cuando se trata del impacto del alcohol en la autoestima. Ahora, un nuevo estudio, publicado en Journal of Studies on Alcohol and Drugs, afirma que consumir alcohol hace que sea más probable que te acerques a personas que ya consideras atractivas, pero no hace que otros parezcan más atractivos.

La sabiduría convencional sobre los efectos del alcohol es que este tipo de intoxicación hace que los demás nos parezcan más atractivos. Pero, según el estudio, liderado por Molly A. Bowdring, del Centro de Investigación de Prevención de Stanford, este fenómeno no se ha estudiado de forma sistemática. Eninvestigaciones anteriores, los participantes simplemente calificaban el atractivo de los demás mientras estaban sobrios y en estado de ebriedad basándose en fotografías. Pero el estudio liderado por Bowdring añadió un elemento más realista: la posibilidad de conocer a las personas que están siendo calificadas.

Para probar este nuevo elemento, los autores llevaron al laboratorio a 18 parejas de amigos varones de unos 20 años para calificar el atractivo de las personas que veían en fotografías y vídeos. A los participantes se les dijo que se les podría dar la oportunidad de interactuar con una de esas personas en un experimento futuro. Después de proporcionar calificaciones de atractivo, se les pidió que seleccionaran aquellos con quienes más les gustaría interactuar. En algunas de las entrevistas, a los participantes se les dio alcohol y en otras bebieron bebidas no alcohólicas.

Los resultados mostraron que si los participantes habían bebido o no, no tuvo ningún efecto sobre qué tan guapos encontraban los demás. "El conocido efecto de gafas de cerveza del alcohol aparece a veces en la literatura, pero no tan consistentemente como cabría esperar", señalan los autores.

Sin embargo, y aquí es cuando llegó la sorpresa, beber sí afectaba la probabilidad de que los hombres quisieran interactuar con personas que encontraban atractivas. Cuando bebían, tenían casi el doble de probabilidades de seleccionar uno de sus cuatro candidatos más atractivos para conocerlo en un estudio futuro en comparación con cuando estaban sobrios.

Es posible que el alcohol no esté alterando la percepción, sino más bien mejorando la confianza en las interacciones, dando a los hombres “coraje líquido” para querer conocer a quienes les parecen más atractivos, algo que de otro modo sería mucho menos probable que hicieran. Estos resultados podrían tener implicaciones para terapeutas y pacientes.

"Las personas que beben alcohol pueden beneficiarse al reconocer que las motivaciones e intenciones sociales valoradas cambian cuando beben de manera que pueden resultar atractivas a corto plazo, pero posiblemente perjudiciales a largo plazo", concluye el estudio.

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