Para intentar ayudar a superar este síndrome Gustavo le intenta ayudar soplando velas de cumpleaños haciéndole consciente de la edad que tiene más de 46 años. También visitan un parque infantil para hacerle aun más consciente la edad que tiene.

Tras verse haciendo el ridículo en el parque a través de internet, el paciente es consciente de la situación y consigue madurar, quizá demasiado de golpe. De estrella del Pop adolescente a tiburón empresarial.