Judit Carbó cuenta que descubrió que su hijo tenía una adicción a la pornografía porque él mismo se lo confesó. "Un día nos dijo: os tengo que decir una cosa importante para mí", relata, y recuerda que causó un gran impacto en ella: "Fue brutal para mí, fue bestial, me pinchan y no me sacan sangre porque no sabía ni que había ese problema".

"Ahí me di cuenta de que no nos enteramos de nada. Me ha costado muchísimo asimilar esto", admite, y explica que ha sufrido y llorado mucho porque no encontraba una explicación: "¿Esto de dónde viene?, ¿por qué?, ¿en qué momento fallé y no vi nada?".

Bru, su hijo, expone que si un padre o una madre escuchan su testimonio, podrían pensar que es raro y negarían que su hijo pueda estar haciendo lo mismo, ver porno, pero él advierte: "Es lo más normal del mundo, todos lo hacen".