Marbella, en los años 90 era conocida como la tierra del lujo, el emporio de Jesús Gil. Un lugar que se movía al antojo de su cacique, también en los juzgados. Un edificio de 14 plantas, el Belmonsa, es un ejemplo.

Inmaculada Gálvez, que entonces era diputada de los verdes, denunció hasta 100 veces las irregularidades que el Ayuntamiento de Marbella estaba cometiendo con esta obra. Los papeles que nos muestra son la prueba. Pero el juzgado de Marbella no le hacía caso hasta que cayó en manos del juez Torres.

Inmaculada Gálvez asegura que la llegada dell juez Torres fue “fue la esperanza de la honradez y honestidad, que la justicia podía existir, que habia un juez que se hacía respetar”.

Villanueva asegura que en Marbella “pasaban muchas cosas antes de llegar el juez Santiago Torres y la mayoría se archivaban. Había muchos archivos de denuncias urbanísticas”. “Le tocaron casos de corrupción  y no miró para otro lado. Yo recuerdo cuando se publicó el caso Saqueo y fui a preguntar al juez que estaba de guardia y me dijo que él solo leía el ‘As’ y el ‘Marca’”.

En medio de escándalos urbanísticos y corrupción, el juez Santiago Torres acabó metiendo en la cárcel a Jesús Gil por el caso ‘Camisetas’: una publicidad de Marbella en la equipación del Atlético de Madrid, que en realidad era una excusa para saquear el Ayuntamiento.

¿Cómo respondió el pueblo al día siguiente de entrar Gil en la cárcel? Con una manifestación en contra del juez. Santiago Torres se enfrentaba a Jesús Gil solo, sin ayuda. Todos los días salían a la calle 50.000 copias de un  periódico local. Muchas de sus portadas se las dedicaban a él. La presión era grande. “Se señalaba hasta a sus hijos en el colegio”, asegura Gálvez.

Hoy, cuando ya han pasado más de 10 años, le buscamos para que nos hable sobre aquellas presiones. “A lo mejor esa fue la novedad: aplicar la ley a todos por igual. Es una cuestión de responsabilidad. Es muy cómodo ser juez mirando a otro lado, pero eso es ser un delincuente. Exactamente igual”, asegura Torres.

De todo lo que hizo en los duros años contra Jesús Gil, de lo que más orgulloso se siente Torres es de la paralización del desahucio de la cafetería que llevaba Maribel. Era una concesión del ayuntamiento. Así que cuando Maribel se metió en política, y empezó a contestar a Gil desde la oposición, el cacique intentó desahuciarla y quitarle el negocio.“Aquello fue porque ella no tragaba con el sistema imperante”, denuncia el juez Torres.

La situación que vivió Maribel fue extrema: “Me amenazaron por teléfono. Tuve que cambiar de teléfono. Puedo recordar, pero no quiero ni recordarlo. Hoy no tengo capacidad emocional para soportarlo. Ese era mi único recurso en el momento. No había nada más. Me lo quitaron todo”. Sí, se lo quitaron todo porque aunque el juez Torres mandó paralizar el desahucio éste se ejecutó.

El juez Santiago Torres acabó en el hospital del Sol de Marbella. En aquella época sufrió varios infartos y pidió el traslado. "Si pude con aquello, puedo con todo", comenta.

Su siguiente destino es también movido: el juzgado de Plaza de Castilla de Madrid. Por su banquillo pasaron el presidente de Telefónica, o incluso al presidente del Real Madrid. Pero su gran éxito fue  el mayor golpe contra el crimen organizado de los últimos años en España. Caen el clan de los búlgaros, el de los boxeadores o el de los Miami, gracias a la participación del FBI. Uno de los inspectores jefe que llevaba el caso. Asegura que este éxito no habría sido posible sin la dedicación del juez Torres.