Durante la etapa de Gallardón la televisión mantiene la pluralidad, pero todo cambia cuando llega Esperanza Aguirre. Desde su ascenso al poder gracias al Tamayazo, en el que dos tránsfugas socialistas le dieron la presidencia en oscuras circunstancias, Telemadrid comienza una profunda transformación.
Aguirre nombra como nuevo director de la cadena a su exjefe de prensa, Manuel Soriano, quien aparta de sus funciones a periodistas, realizadores, productores y técnicos no sumisos al nuevo poder, que son sustituidos por trabajadores muy cercanos al PP. Se crea así la llamada ‘redacción paralela’.
Una vez que los ‘aguirristas’ toman el control, comienzan las denuncias por manipulación. Los trabajadores insumisos, ninguneados por la nueva dirección, crean en 2006 ‘Salvemos Telemadrid’ y se van a Estrasburgo a denunciar la manipulación desde una televisión pagada con el dinero de todos los madrileños.
Pero nada ha sido capaz de frenar en estos años la línea editorial marcada por Aguirre. La lista de informaciones denunciadas es larga: poner el sello de ETA sobre las cabezas de Zapatero y Rubalcaba, añadir la opinión al análisis económico, o dar exclusivas manipuladas, como la de un supuesto coladero de inmigrantes ilegales en plena T4 del aeropuerto de Barajas.
La periodista responsable fue ascendida y hoy presenta el informativo del fin de semana, mientras que otra presentadora utilizó unas espectaculares fotos para ilustrar la supuesta violencia del 15M. Como su compañera, fue ascendida y hoy es subdirectora de informativos.
Además, gracias a Telemadrid hemos sabido que José Bretón, el asesino de sus dos hijos, fue socialista en su juventud. Y hemos conocido un nuevo género periodístico: la crónica adivinatoria. Su inventor, Hermann Tertsch, quien hizo un resumen del fracaso de la huelga general del pasado noviembre, pero se descubrió que fue grabado antes de que ocurriera.
"Koldo me pidió si podía echar una mano..."