Esperanza Aguirre dio una rueda de prensa urgente 10 horas después de que la Guardia Civil detuviera a su ex número 2, Francisco Granados. Es la primera en dar la cara. La Presidenta del PP de Madrid escenifica un puchero de tamaño industrial. Pide perdón, hasta aburrirse. Es su manera, dice Aguirre, de afrontar su responsabilidad por el nombramiento de Granados.

La operación Púnica no afecta sólo a Granados, también a cuatro alcaldes del PP de Madrid. Pero ahí Aguirre, que preside el PP en la región, se quita de en medio. Esperanza Aguirre dice no saber nada de los 4 alcaldes del PP de Madrid imputados en la operación Púnica: los de Torrejón de Velasco, Casarrubuelos, Valdemoro y Collado Villalba.

Con éste último empezamos: Aguirre dice no conocer a un señor que aparece en las imágenes ayudándole a ponerse un chaleco amarillo. Agustín Juarez, un hombre que habla de "honradez". Esa honradez debió de convencer a la lideresa que acudió a su pueblo a ayudarle en la precampaña electoral de 2011.

En  la inauguración de la sede del PP de Collado Villalba están de nuevo Juárez, entonces aspirante a alcalde, y Aguirre. Recuerden que apenas se conocen y, sin embargo, de fútbol sí que han hablado: "Eres culé". Aguirre y Juárez han compartido mitin, ruedas de prensa y hasta cubierto. Para ser dos desconocidos, casi se podría hacer un álbum con sus fotos juntos. 

Tantas evidencias de que Esperanza Aguirre sí conoce al menos a algunos de los imputados en la operación Púnica obligan a la lideresa a rectificar 24 horas después de su primera aparición. "A lo mejor me expresé mal, quería decir que yo no los nombre".

Esta nueva versión también patina al hablar con Julio Henche. Él intentó ser cabeza de lista del Partido Popular por Collado Villalba. Cuenta que acabó renunciando porque le colaron a otro hombre en las listas, precisamente a Agustín Juárez. Según Henche, la imposición vino de arriba: directamente de Aguirre.

El segundo desconocido de Esperanza Aguirre es el alcalde de Valdemoro, José Carlos Boza. Primer edil y también artífice de un mitin en la plaza de Valdemoro que protagonizó Aguirre. Aquel día, la lideresa apareció con su pequeño perro, Pekas, atado con una correa. El alcalde de Valdemoro le rindió pleitesía, a ella y no al perro, desde el centro del ruedo.

El alcalde de Valdemoro al que Aguirre dice ahora que no nombró está en prisión incondicional. El juez le imputa delitos como tráfico de influencias, organización criminal, cohecho o fraude. ¿Pero cómo llegó a ser alcalde José Carlos Boza? Su aval se llama Francisco Granados. Es un hombre de su máxima confianza que a su vez fue un hombre de la máxima confianza de Esperanza Aguirre. 

Granados llegó a ser el número 2 de Aguirre en el PP de Madrid.Durante un tiempo fue la sombra de la lideresa. El coche que solía conducir la mujer de Granados fue quemado de forma intencionada. Después se descubrió que el vehículo estaba a nombre de un constructor que solía disfrutar de contratos del ayuntamiento de Valdemoro, donde Granados fue alcalde.

Pero para Aguirre nada olía a quemado. Nada tenía que ver con la corrupción. Esa protección no se ha quebrado hasta que se descubre que Granados tiene una cuenta en Suiza. Es ahí cuando su antigua jefa se cansa de protegerlo. Ha pasado de llamarse Paco a Sr. Granados.