Lo que hace seis meses era una asociación de consumidores ha tenido que cambiar de cometido y se dedica a intentar evitar que la gente se suicide, cuentan con el único equipo gratuito de psicólogos. Dimitris Christoulas se quitó la vida de un disparo en un parque y un hijo y su madre se tiraron desde la azotea, son algunos de los casos que han saltado a los medios y han removido a la sociedad.

La desesperación viene marcada por datos como que en los últimos dos años en Grecia ha cerrado medio millon de pequeños negocios, 700 personas al día deciden no volver a abrir sus tiendas y aunque la cifra de paro oficial es del 25% muchas organizaciones estiman que la real supera el 30%.

La prestación por desempleo sólo dura nueve meses y apenas se cobran unnos 400 euros. Los jubilados, a menudo el único sueldo que entra en el hogar, han visto reducida su pensión en un 25%, además se pagan totalmente los medicamentos. "Me han quitado la pensión, me están matando", afirma una jubilada. Otro explica que "la gente con enfermedades graves como el cáncer tiene que pagarse sus medicamentos. Si yo no tuviera dinero habría muerto", explica otro jubilado.

"Estos dos últimos años nos han recortado en todo. ¿Cómo creen que podemos vivir así?", se pregunta un pensionista. Medio millón de griegos no tiene ingresos y uno de cada tres vive por debajo del umbral de la pobreza, los albergues han tenido que triplicar su capacidad para alimentar a gente necesitada. "Cada día aumenta la gente que viene a buscar comida, muchas tenían dinero y están a punto de convertirse en indigentes", explica el responsable de un comedor social. Entre quienes pasan hambre se encuentran más de 400.000 niños.