En los años 90, el miedo mutuo entre Estados Unidos y Rusia provocó la firma de tratados para reducir su armamento nuclear. Se trataba de los acuerdos START, que apostaban por la 'castración atómica', pero solo en apariencia.

"Nunca estuvo en la mente de los líderes de las superpotencias eliminar las armas nucleares", afirma María José Pérez del Pozo, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense, que explica que sólo se reducían "aquellas armas que habían quedado obsoletas o que ya no eran interesantes". La última renovación del tratado START se firmó solo un año antes de que Putin decidiera invadir Ucrania, pero en realidad se han seguido manteniendo bombas nucleares de todo tipo.

"La existencia de armas nucleares ha impedido muchas guerras, pero agravan este tipo de crisis. De hecho, no hay más que pensar que, si Rusia no tuviera armas nucleares, ya habríamos intervenido y que España sería uno de esos países dentro de una coalición que habría enviado tropas a Rusia", apunta en el vídeo sobre estas líneas Yago Rodríguez, director de The Political Room.

"Putin está desesperado"

"Buscar la derrota absoluta de Putin es extremadamente peligroso", sostiene el profesor de Relaciones Internacionales de la universidad de Deusto, Eric Pardo, en este vídeo de laSexta Columna donde analiza los riesgos de acorralar al presidente ruso.