"Volver a Magalia ha sido volver a ver la prepotencia. Se cree que sabe más que todo el mundo y que tiene razón", afirma uno de los extrabajadores de Manuel, que regresa al restaurante para ser uno de los primeros comensales en ser atendido en este ejercicio junto a otros excompañeros. "Yo les dije que no valían para trabajar aquí", cuenta el dueño del restaurante.

El hostelero cree que "ha sido lo más correcto del mundo", aunque califica de "impertinente" a su exempleado. "He hecho de tripas corazón", asegura. "Disculpa, ¿la sal la estás fabricando?", pregunta el comensal a su exjefe. Su comentario molesta a Manuel, que le pide que le hable más bajo. "Te estoy hablando como tú nos hablabas a nosotros. ¿A que molesta?", le responde.

"No sabe ni donde tiene el brazo derecho. No es que no sea camarero, es que no vale ni para sujetar una botella y otras muchas cosas más que me guardo", asegura el propietario ante las cámaras de Pesadilla en la cocina. El tenso enfrentamiento entre ambos sigue en el comedor.

Alberto Chicote se sienta en la mesa con los empleados que un día trabajaron en el Magalia para pedirles que le cuenten sus experiencias. "A mí me ha tocado mucho pelear con él, porque era muy borde con muchos clientes", le dice una de ellas. "No aprecia ni a su madre".