El clima de esta primavera ha llevado a que crezca notablemente el número de garrapatas. Para analizar esta cuestión, Más Vale Tarde conecta con Raimundo Outerelo, profesor honorífico de Biología de la Universidad Complutense, que explica que la hembra de este parásito "necesita chupar sangre para que sus óvulos maduren" y que lo hace "de tres a quince días".

Sobre qué hacer en el caso de que nos pique una garrapata, el profesor apunta que estos animales tienen "dos garfios que se clavan en la piel, tienen forma de arpón y si las arrancamos bruscamente estamos dejando esas piececitas dentro de la herida". Para evitar provocar una infección, recomienda "tirar despacito y de la cabeza", si bien señala que hay un remedio casero que es rociarla con una gota de aceite o de vaselina: "La garrapata no puede respirar, se ahoga y entonces ella sola se soltaría", comenta.

Outerelo también recuerda que estos artrópodos "transmiten enfermedades, y una de las más graves es la de Lyme, que como resultado final de la infección afecta al sistema nervioso y puede producir una parálisis". Sin embargo, afirma que la garrapata no puede saltar de un perro a las personas de la casa: "Una vez que ha chupado sangre, no puede volver a hacerlo".