El Hospital Santa Bárbara, en Puertollano, Ciudad Real, parece no estar en su mejor situación. Este lunes, el diario ‘La Razón’ publicaba una noticia sobre otro fallo en la infraestructura del complejo que refleja la mala situación del centro.

En esta ocasión, la denuncia ha sido realizada por Miguel González, un paciente que asegura que, mientras le operaban la rodilla con anestesia local, oía goteras y veía cubos repletos de agua en el quirófano.

“Puedo asegurar que en el quirófano cinco estaban operando a la gente y sentías las gotas de agua en los cubos que había puestos”, ha señalado Miguel.

Este hecho sucedió en noviembre de 2013. Actualmente, Miguel sólo pide un hospital decente en Puertollano. “Yo no quiero lujos, sólo un hospital al que puedas ir sin miedo”, ha explicado Miguel.

Esta información, sin embargo, no parece no haber sorprendido en absoluto a los sindicatos. "Es algo que ya veníamos denunciando, tanto el SATSE como la Junta de Personal. Necesitamos hacer un estudio sensato y serio de la estructura del hospital", ha explicado este lunes Francisco José García, delegado del SATSE en Puertollano, en el programa ‘Al Rojo Vivo’.

Advierten que este hospital tiene ya más de 40 años y, en muchos aspectos, se ha quedado anticuado. Es un centro que nada tiene que ver con los que se necesitan actualmente.

"Puertollano necesita un hospital nuevo y, si no se puede, necesita al menos una reestructuración integral porque las instalaciones no son las adecuadas", ha aseverado Francisco José.

Sin embargo, desde el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, SESCAM, aseguran que no hay ningún problema en los quirófanos desde finales de 2012. Ese año sí hubo goteras pero con una inversión de cerca de 48.000 euros se solventaron.

Esta nueva denuncia llega después de que, hace poco más de una semana, el techo de la habitación 231 del hospital se desplomase sobre dos pacientes. Afortunadamente, no resultaron heridas. No obstante, no es la primera vez que pasaba algo así.

Algunos usuarios del centro hospitalario lo corroboran, calificando su funcionamiento de “degradante” y que “deja mucho que desear”.