Rosalía es una mujer elegante, del madrileño barrio de Salamanca, siempre con sus pieles y sus complementos que la ayudan a evitar las cámaras. Esposa de un millonario, metido en política. Ella, ama de casa de profesión y en sus ratos libres, según ha reconocido en el pasado el propio Bárcenas, "mi mujer siempre se ha dedicado al arte y ha hecho muchas operaciones de arte".

Marchante de arte. De ahí, según ella, sacó los 560.000 euros que, según la revista 'Interviú', ingresó en 2006 en su cuenta de Caja Madrid y que puso a los inspectores de Hacienda en alerta.

Según la citada revista, hasta en seis ocasiones entre 2010 y 2011, Hacienda requirió la presencia de Iglesias para explicar el ingreso. Ella acudió tarde, su excusa fue que el acoso de la prensa tenía aterrorizada a su asistenta, por lo que no recogía las notificaciones. Cuando finalmente acudió, dió su versión, que su marido corroboró ante el juez Ruz,  "en concreto se venden unos cuadros, a nombre de la señora Ardanaz, que es la señora que compra los cuadros".

Es decir, habría vendido cuatro cuadros a la artista argentina Isabel Ardanaz, ahora conocida como 'Isabel Mackinlay', quien asegura que "no voy a hablar". Se ha negado a hablar hasta que no lo haga ante el juez, por videoconferencia, pero según la revista, la artista niega que pagase los 560.000 euros por ningún cuadro a Rosalía.

La mujer de Bárcenas no pudo aportar ningún documento que acreditase la transacción. De hecho, no pudo ni nombrar a los autores de los cuadros. Pero sí dío dos nombres, 'La circuncisión del niño Jesús' y 'La presentación el niño en el templo'. Dos nombres tan sumamente genéricos que corresponden a cientos de obras.

Finalmente ni la señora Bárcenas ni su abogado pudieron justificar ni la compra, ni la venta de los cuadros y la pregunta sigue en el aire,  ¿de donde sacó una ama de casa 560.000 euros para ingresar, en billetes de 500?