Mucho cuidado con lo publicado en Twitter y en Facebook, todo lo publicado se puede volver en contra y más cuando quien lo ha escrito es un persona público. En mayo, la candidata del PP de la Alcaldía de Albor, Marta Casado, enfureció a los internautas con un comentario racista en Facebook tras ser tachadada de 'pepera'. "¿Y tú? Casada con un negro, no sé qué es peor. A veces, habla más quien más tiene que callar", así respondió. Luego se disculpó, lo lamentó, pero la conversación ya circulaba por la red.

El exidputado del PP en Canarias, Sigfrid Soria, provocó revuelo con sus palabras sobre los escraches a políticos del PP aludiendo con duras palabras a los perroflautas: "Si algún perroflauta agrediera a alguna de mis hijas, le arranco la cabeza". Soria se disculpó por usar un lenguaje inapropiado y fue apartado de forma inmediata de la Junta Directiva Nacional. Eso pasaba en 2013, pero en 2014 publicó un tuit con la cara de Pablo Iglesias en la que se lee 'Olemos'.

De todos los tuits, los de Toni Cantó son los que más revuelo han causado. "No queríaishhh comparecencia? Puesh osh la voy a poner el día uno d agoshto, a ver cómo osh lo monntáish con vuestrashhh familiash", escribía burlándose de dicción de Rajoy. Luego dijo que había sido un comentario fuera de lugar. Sin embargo, el que más estuvo fuera de lugar fue: "La mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas y los fiscales no las persiguen". A continuación, le llovieron las críticas. Se retractó a los pocos minutos, reconoció su error y aunque todos los partidos pidieron su dimisión, todo quedó en excusas.

Twitter lleva a algunos a escribir más de la cuenta, es lo que le pasó a Elena Valenciano: "Habéis visto un tío más feo que Ribery???". A continuación dijo que pedía disculpas y que se había dejado llevar por "el calor del partido".

El director adjunto de Marca España, Juan Carlos Gafo, fue destituido por un insulto a los catalanes. También se forzó la dimisión de dos ediles por desafortunadas declaraciones en redes sociales. Primero, un mensaje de Susana Camiño, concejala de Vilagarcía de Arousa, sobre la muerte de Isabel Carrasco y una concejala, de Pontevedra, escribió que "cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar". 
En definitiva, las palabras escritas no se las lleva el viento.