Juntos y sonrientes, Lamela y Aguirre se dedicaban a visitar las obras de los nuevos centros de salud y a acudir a inauguraciones de hospitales como el Hospital del Tajo en Aranjuez.
Fue Manuel Lamela quién introdujo a Esperanza Aguirre a la privatización de la Sanidad en la Comunidad de Madrid. Fue el mismo quién firmaba las concesiones a empresas privadas para la gestión de hospitales públicos. Los que él inauguraba. La concesión del Hospital del Tajo la firmó en 2005, aceptando que la Comunidad de Madrid pagase a constructora Hispánica la cantidad de 9 millones de euros anuales, durante 30 años por hacerse cargo de esta gestión.
Durante los cinco años que permanece en el cargo, de 2003 a 2007, le salpicó el escándalo de las sedaciones a enfermos terminales en las Urgencias en el hospital Severo Ochoa de Madrid. Fue él quien llevó el timón en la campaña difamatoria que impulsó, especialmente, contra el doctor Montes.
Sin embargo, el escándalo finalmente pudo con él. En 2007 cambia la Consejería de Sanidad por la de Transportes, en la que permanece durante un año. En 2008 deja definitivamente el Gobierno de Aguirre para dedicarse a sus negocios. Funda dos empresas dedicadas con la sanidad privada, centradas en la promoción de Madrid como destino turístico sanitario.