El Ministro de Economía, Luis de Guindos, se ha despertado hoy con el miedo en el cuerpo. Ya que las elecciones italianas están teniendo consecuencias en España. Como él mismo ha dicho, "está teniendo afectación, pero espero que sea únicamente a corto plazo".

Las elecciones italianas han hecho realidad las peores pesadillas de los mercados financieros europeos. En Madrid, la bolsa ha abierto con desplome y la prima de riesgo se ha disparado más de 40 puntos superando los 400 por primera vez desde diciembre.

Simón Pérez, analista financiero consultado por laSexta recuerda que "lo que le pase a Italia es sensible a toda Europa". Pero la primera que ha pagado las consecuencias ha sido la propia Italia. Había subasta de deuda, y ha tenido que duplicar el interés que paga por sus bonos a seis meses. Con todo, la diferencia entre su prima de riesgo y la nuestra se ha reducido a la mitad. Es el efecto dominó, que ha provocado el desplome de todas las bolsas europeas.

Mientras el Ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, mostraba su preocupación "hay que preguntar a los italianos qué es lo que quieren hacer", su homólogo español, José Manuel García-Margallo, los decribía como "un salto hacia ninguna parte, que no augura consecuencias positivas para nadie". Por su parte, el Ministro de Asuntos Exteriores alemán pedía al futuro gobierno de Italia, sea cual sea, que "continúe con las reformas".

Pero ése es el problema, los italianos han votado mayoritariamente en contra de las políticas de austeridad alemanas. Y los resultados no permiten la formación de un Gobierno estable en una economía crucial para el futuro de la eurozona. No hay gobierno al que convencer de que la postura de Berlusconi no lleva a ninguna parte. Y es que 'il Cavaglieri' se dibujó en su campaña como el único capaz de frenar a Ángela Merkel.

Precisamente, mientras la incertidumbre se extendía por Europa, Merkel se reunía en Berlín con el secretario de estado de Estados Unidos, John Kerry con el objetivo de impulsar un acuerdo de libre comercio entre el país norteamericano y la Unión Europea.

Si la situación en Italia y en Europa no se calma, el miedo a la caída del euro reaparecerá, y España regresará al fantasma del rescate a cambio de recortes y reformas más contundentes.