Puede que sea la última misa que celebran en un altar improvisado de la facultad de Geografía e Historia. El arzobispado de Madrid ha tomado una decisión sobre el nuevo emplazamiento de la capilla.

Un acuerdo que se ha cerrado fuera de los plazos que el Decanato les marcó y que ahora supondrá un retraso en la construcción de un aula para el próximo curso. Aunque el sitio elegido es uno de los más grandes, para los feligreses no es la solución perfecta.

Hasta hace una semana la capilla estaba en la planta baja del edificio. Hay una pila bautismal a la entrada y diez bancos rojos donde los feligreses rezan. Llevan una semana encomendándose al Santísimo para que les ayudara a conservarla.

Les tocaba elegir el aula que se les había propuesto porque en los próximos días comenzarán la obra. El Decanato les había ofrecido cinco espacios alternativos, el aula elegida es una de las más grandes, aunque para los feligreses no es la solución perfecta.

Desde hace una semana no han parado de rezar y de pedir para que no se cerrara la capilla. El aula elegida es una de las más grandes, aunque dicen que no es la solución perfecta.

Han estado una semana acampados con pancartas y protestas a las puertas del edificio. Hasta presentando una querella contra el rector y el decano por impedir el acceso de los feligreses a la capilla. Denuncian que han secuestrado al señor.