Es un juego muy peligroso. Espiar a los jefes de los espías. La inteligencia británica espió a los mandatarios del G20 en la cumbre del 2009. Para eso utilizó todo tipo de métodos para pinchar los móviles, ordenadores y cuentas de los presidentes de gobierno que acudieron, entre ellos Zapatero. Uno de los métodos fue crear 'cibercafés falsos' para que todas las comunicaciones de los dirigentes quedasen a manos de los espías.
En la foto de familia de la cumbre se observa a los líderes de las 20 potencias más poderosas del mundo. Sonríen, bromean. El ambiente parece cordial y distendido. Lo que no saben la mayoría de ellos es que están siendo espiados. Un dispositivo sin precedentes. La última tecnología para romper la seguridad de teléfonos móviles y correos electrónicos. Todo comandado por la CIA y el espionaje británico y con la autorización expresa de los gobiernos de Gordon Brown y Barack Obama.
Lo ha revelado el diario británico 'The Guardian' gracias a las filtraciones de este hombre Edward Snowden, el mismo que hace unos días sacaba a la luz el escándalo del espionaje de Estados Unidos en Internet.
Ocurrió en 2009 durante las cumbres internacionales celebradas en Londres y Trinidad. Su misión: conocer con antelación las diferentes posiciones de los países del G20 para adquirir ventaja en las negociaciones.
El entonces presidente ruso fue el objetivo prioritario de la trama. Los espías recibieron la orden de descodificar todas las llamadas realizadas desde Londres a Moscú vía satélite. Esto ocurría apenas horas después del primer encuentro entre Medvedev y Obama
Las relaciones entre los dos países se habían suavizado por primera vez en años, ambos líderes acordaron establecer una relación de confianza para discutir la crisis bancaria en curso y el desarme nuclear… pero EEUU no cumplió su palabra. Mehmet Simsek . Ministro de Finanzas de Turquía.
Tanto el como otros 15 miembros de la delegación turca fueron seguidos muy de cerca por los espías de la cumbre. Turquía en ese momento era una potencia amiga, un aliado de la OTAN pero eso no impidió que sus colegas británicos y estadounidenses intentasen averiguar a toda costa la postura de Ankara respecto a la reforma financiera.
El presidente sudafricano y su ministerio de asuntos exteriores también estuvieron en el punto de mira. A los espías se les encomendó recabar información sobre las relaciones entre Sudáfrica y Zimbabue y su postura frente al cambio climático.
El modus operandi de la red de espionaje es sin duda lo mas estrafalario. Llegaron a construir ciber cafés falsos, a los que luego acudirían sus víctimas. Y a través de un sofisticado sistema informático, eran capaces de leer los correos electrónicos al mismo tiempo en que eran escritos.
Además, también consiguieron vulnerar la seguridad de las BlackBerry de los delegados para controlar sus mensajes y llamadas. Todo este trabajo contó con el despliegue de un equipo de 45 analistas para analizar toda la información en tiempo real. Una trama de película que Snowden y 'The Guardian' han desvelado justo el día en el que comienza una nueva cumbre del G8 en Irlanda del Norte. Hoy ningún líder quería hablar sobre el tema.
Ni Barack Obama ni David Cameron han querido pronunciarse sobre las acusaciones de espionaje que involucran directamente a sus gobiernos. Eso si no se descarta que estos días tengan que dar explicaciones. De hecho, Alemania ya se las ha pedido formalmente. Preguntas necesarias para saber hasta donde llegan los tentáculos de las dos potencias mas poderosas del mundo.