Con una máquina específica se aplica la terapia de protones, una forma avanzada de usar la radioterapia con enfermos de cáncer. El tratamiento usa radiación para destruir las células cancerosas.
Sin embargo, no lo hace con los hasta ahora conocidos como rayos X. Con esta técnica lo que se aceleran son protones. Estos desprenderán energía que se aplicará atacando sólo la zona del tumor.
“Si soy capaz de controlar de manera precisa, por la información que me da la imagen y otras técnicas, dónde está el tumor, automáticamente, con este tipo de terapia, la energía depositada capaz de destruir el tumor se concentra sólo en ese punto”, explica José Bernabeu, catedrático de Física de la Universidad de Valencia.
Esta terapia no haría daño a las partes sanas que están alrededor del tumor. Un sistema que, hasta ahora, han defendido los padres de Ashya. “El tratamiento de protones es mucho mejor para niños con este tipo de cáncer”, señala en un vídeo el padre del menor británico, argumentando que sólo hacía lo que consideraba mejor por su hijo.
Sin embargo, entre los principales problemas de este tratamiento está su coste: puede alcanzar los 100.000 euros. También su eficacia es relativa. “Hay que evitar que la radiación afecte a los tejidos sanos. Eso es más peligroso, sobre todo, para niños, pues sus tejidos aún están en pleno desarrollo”, explica el catedrático Bernabeu.
Aun así, estos padres británicos quieren probarlo porque dicen que el tratamiento que estaba recibiendo su hijo de cinco años era demasiado agresivo.
“Ni siquiera me dejaron hablar con un oncólogo. Me amenazaron con emitir una orden de protección si me resistía a someterle al tratamiento que ellos pretendían”, relata en el vídeo el padre de Ashya.
Por esta razón, los padres del chico se han tenido que ir de su país, pues allí sólo existe la máquina para tratar cánceres raros de ojos. “En España no existe la instalación que permita en estos momentos aplicar esa terapia. Sólo existe en pocos países, como Alemania, Italia, o Suiza.
Para que la eficacia sea máxima lo importante es que los profesionales analicen el volumen del tumor y la zona en la que está. Con ello, podrán saber si sirve o no esta terapia.