Pasen y vean el palacete de Jaume Matas: 597 metros cuadrados, repartidos en 13 habitaciones. Quizá como salón no les parezca especialmente bonito, pero su alfombra cuesta 12.024 euros, la mesa de café 1.144 euros y cada una de las butacones de terciopelo 1.223 euros.
Por cierto, llevan sendas banquetas a juego, a razón de 662 euros cada una. Recorrer el palacete de Matas, calculadora en mano, es de lo más divertido. Unas botellas de Vega-Sicilia único del 89 cuestan 550 euros cada una.
Había un total de 80, no se molesten en multiplicar, hablamos de 44.000 euros en tinto. Por cierto, las dos bodegas que apenas se ven en la foto cuestan 2.230 euros. Ahora el CD ya no se lleva, pero en su día, Matas pagó 3.000 euros por uno.
Y 38.000 en total por siete televisores, distribuidos por toda la casa. Una casa con luces automatizadas al módico precio de 7.151 euros. Pese a todo, esta vivienda fue una ganga. Valorado en 2,4 millones de euros, según los informes policiales, Jaume Matas lo compró por uno y lo llenó con lo mejor de lo mejor.
Porque en el palacete también había lámparas caras, bancos caros y tostadoras muy caras. Comprarlo, reformarlo y amueblarlo costó a los Matas casi tres millones de euros, según Hacienda, por aquella época, sólo ingresaron la mitad. De dónde salió el resto del dinero aún no se sabe.
Grifos de casi 400 euros o sofás de casi 3.000 vestían la casa. Por no hablar de los Rólex o los zapatos de Prada que vestían a la familia. Bibliotecas a doble altura, artesonados imposibles... ‘Interviú’ publica las fotos del registro de un hogar lleno de lujos. Lujos que sin duda echará de menos cuando entre en prisión.
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