La Policía Nacional ha logrado detener a los cuatro jóvenes autores de la brutal agresión al dueño de un establecimiento hostelero en Gandía (Valencia) después de que este les recriminara que se fueran sin pagar una cuenta de 60 euros. Los agresores, de entre 21 y 29 años y de nacionalidad española, rumana y colombiana, fueron grabados por un vecino, lo que facilitó la labor a los agentes, que tras arrestar a los culpables les interrogó. Pero no es la primera vez que en España se vive una situación violenta por hacer un 'simpa'.

Así lo recoge Expediente Marlasca en el vídeo que acompaña estas líneas, donde se recuerda la brutalidad que empleó un turista italiano, de profesión boxeador profesional, con los camareros del bar donde dejó a deber cuatro chupitos. Se negó a pagar la consumición e intentó marcharse, cogiendo su coche que se encontraba estacionado en mitad de la calle.

Poco después aparecieron los Mossos e intentaron reducirlo, pero antes de lograrlo fueron cuatro las personas que resultaron heridas, una de ellas con el tabique nasal fracturado. Y eso que la deuda no ascendía de los 10 euros. Un caso muy diferente al que vivieron en un restaurante de Bembibre, en León. Allí no hubo golpes, pero si mucha cara dura. Una familia decidió celebrar el bautizo de su hijo e invito a 120 personas.

El montante de la cuenta ascendía a 2.000 euros y, ya terminada la cena, uno a uno abandonaron el local. El dueño del restaurante denunció que casi lo atropellan cuando pidió cuentas. Tal vez las 30 botellas de whisky que consumieron tienen la culpa. Pero hasta los propios policías protagonizan situaciones tan tensas por no pagar lo que deben. Es el caso de un agente que llenó el deposito del coche con 50 euros, entró al servicio y se marchó sin pagar.

Previamente, también había dejado a deber una consumición en un bar cercano. Esta no era la primera vez que el agente de Policía realizaba un acto similar. Meses antes llegó a sacar su pistola y su placa en un restaurante chino tras explicar que no llevaba dinero para pagar la cena. Una curiosa forma de pago de este policía que juró hacer el bien y terminó en el lado oscuro. Otros, sin embargo, se sirven del romanticismo para no pagar la cena. Fea costumbre la que tenía una pareja en Córdoba. Hasta en 12 ocasiones salieron a compartir mesa y mantel, pero no la cuenta.

Él se levantó al baño, y ella también abandonó la mesa. De repente, tras fumar un cigarro en la terraza desaparecieron. Y como lo de hacer 'simpas' no tiene fronteras, en un restaurante de Telde en Gran Canaria un joven de 20 años se marchó sin pagar la cuenta. Un camarero intento retenerlo hasta que llegara la policía y este lo agredió con un cabezazo que lo mandó directo al hospital, dejándolo en coma.