Han pasado casi 30 años desde que en enero de 1993, los cuerpos de Miriam, Toñi y Desirée fueran descubiertos en el paraje de La Romana. En esa inspección técnico policial, la Guardia Civil encontró numerosos restos óseos y biológicos.

Ahora, 28 años después, el 'caso Alcàsser' vuelve a situarse en el foco de la investigación. El motivo es que la jueza instructora del caso ha ordenado que se analicen 50 cabellos encontrados en los cuerpos de las jóvenes asesinadas y en un colchón que había en la zona donde se encontraron los cadáveres.

Estos cabellos no se analizaron en el momento del hallazgo porque las técnicas de identificación de ADN no eran tan precisas por aquel entonces. Se trata de hallar la huella biológica de Antonio Anglés, ya que en caso de que fuera detenido, actualmente no existe ninguna prueba biológica contra él.

En la fosa de La Romana también se halló un volante a nombre de Enrique Anglés. Fue ese documento en el que dirigió a los agentes hasta la casa del presunto asesino, ya que con él Antonio Anglés adquiría estupefacientes. Además, hace poco se encontraron huesos y dientes que el profesor Francisco Echevarría certificó que correspondían a las niñas de Alcàsser.