Xavier Sardà, Estefanía Molina, Mayka Navarro, Xavier Rius, Joan Guirado y Laura Fàbregas han sido señalados en carteles anónimos extendidos por las calles de Barcelona con la leyenda "terroristas de la información al servicio del Ibex".

Estefanía Molina, una de las profesionales señaladas, ha asegurado en Más Vale Tarde que no había pensado denunciar, aunque no lo ha descartado: "Creo que los periodistas debemos de ser conscientes de que cuando hacemos nuestro trabajo hay a quien no le puede gustar".

Unos hechos que ha catalogado como "deleznables": "Cuando llevan a cabo estas actuaciones se retratan a ellos mismos. Asumen que hay una serie de periodistas que deben de ser apartados y señalados porque no están dispuestos a asumir el relato que ellos quieren".

La periodista ha achacado los hechos a "un grupo de vándalos", y ha expresado que hay representantes "políticos e institucionales" que se han solidarizado con los profesionales afectados.

"Ninguna injerencia va a alterar nuestro trabajo", ha reiterado la periodista. Además, Molina también ha asegurado que "a menudo, desde el relato independentista se ha vendido la idea de que era un conflicto Cataluña y España", pero, ha dicho, esto no es así: "Todos los periodistas que aparecemos en el cartel tenemos la peculiaridad de ser catalanes".

Además, la politóloga también ha apuntado que "ha existido una cierta permisibilidad tradicionalmente con estos comporamientos": "Con los disturbios vimos cómo las autoridades catalanas tardaron muchísimo en denunciar los hechos y con la cuestión de la libertad de información sucede lo mismo".

Unas afirmaciones que ha ejemplificado con la actitud de Meritxell Budó "restando importancia" a las agresiones a los periodistas en los Premios Princesa de Girona.

"Que haya un grupo de vándalos que les puede parecer que pueden hacerlo es porque observan eso en el ambiente", ha señalado, apuntado que "el procés no se podría entender sin ese desprecio a menudo a la legalidad, algo que vimos con Torra, en la DIU... hay una desvinculación a todo lo que es el Estado de derecho, una desvinculación emocional con todo lo legal, es como si allí la ley se hubiera dejado de aplicar".